Sectores del exilio cubano en España calificaron el lunes de "prematura" y "lamentable" la decisión de los cancilleres de la Unión Europea (UE) de suspender temporalmente las sanciones diplomáticas a La Habana, informó la AFP.

"Es una decisión demasiado prematura porque (Fidel) Castro no ha hecho nada serio de lo que está pidiendo la Unión Europea", afirmó Rigoberto Carceller, presidente de la Plataforma Cuba, Democracia Ya!.

"Es un cambio que nos duele porque pensábamos que la presión de Europa no podía ser tan sensible simplemente porque Castro suelte a 14 presos de 75, cuando en la cárcel hay más de 300", agregó.

No obstante, Carceller consideró que quizá, dado que la decisión europea será revisada en junio próximo, "podría convertirse en una espada de Damocles para la dictadura cubana".

El presidente de Cuba, Democracia Ya!, entidad que en 2004 se reunió en dos ocasiones con el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, advirtió que el régimen cubano va a utilizar "muy en favor suyo" la decisión tomada por los Veinticinco este lunes.

Carceller recordó que durante su reunión de octubre, la Plataforma otorgó a Moratinos un voto de confianza, "para que fuera ejercido en una dirección, pero no una dirección equivocada".

Por su parte, Julio San Francisco, coordinador general de la organización La Unión Europea del Exilio Cubano, calificó de "lamentable" la decisión de los cancilleres europeos y opinó que el papel desempeñado por el gobierno español en la suspensión temporal de las sanciones, es una "traición a la oposición cubana".

San Francisco acusó al ministro Moratinos y al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de "querer quedar bien con Dios y con el diablo".

Otra organización con sede en España, la Asociación Española Cuba en Transición (AECT), dijo estar "absolutamente decepcionada por la actitud tramposa del ministro Moratinos, que tras pedir un voto de confianza, ha dejado en la estacada a los demócratas cubanos".

La AECT consideró que la UE realizará un "apartheid diplomático" al "condicionar las relaciones con la oposición democrática a la autorización del gobierno cubano".

En 2003 la UE adoptó un paquete de medidas diplomáticas para protestar por el encarcelamiento de 75 disidentes, condenados a penas de hasta 28 años de cárcel. Entre las sanciones estuvo la de invitar a disidentes a las celebraciones de fiestas nacionales en las embajadas de los países miembros de la Unión en La Habana.

"Todas las medidas tomadas el 5 de junio de 2003 quedaron suspendidas temporalmente" y serán "reexaminadas antes de julio", según el acuerdo alcanzado por los ministros de la UE en Bruselas.

Los ministros reclamaron la liberación de "todos los prisioneros políticos que siguen detenidos" y señalaron que mantienen la Posición Común sobre la Isla, con la cual desde 1996 piden cambios hacia la democracia y respeto a los derechos humanos.

Los cancilleres decidieron también reanudar las visitas europeas de alto nivel a la Isla, en cuyo marco se harán contactos con la disidencia, y volver a participar en eventos culturales en Cuba.

En cuanto a las relaciones con la oposición, los Veinticinco dijeron que pretenden que sean "más intensas" y "a través de un diálogo más intenso y más regular".