www.cubaencuentro.com Martes, 30 de marzo de 2004

 
   
 
Carta abierta a Nelson Mandela
La esposa del escritor Raúl Rivero Castañeda, condenado a 20 años de cárcel por delitos de conciencia, requiere la mediación del líder sudafricano.
 

Venerable Señor Mandela:

A mi esposo, el poeta, escritor y periodista Raúl Rivero Castañeda, no le gustaba guardar papeles. Pero cuando hace cinco años leyó Un infierno de cinco estrellas en El País, recortó esa página y la metió dentro de un libro.

Nelson Mandela
Nelson Mandela en la casa de Walter Sisulu, tras la muerte del luchador antiapartheid.

Después de que una docena de agentes de la policía secreta, el 20 de marzo último, registraron nuestro apartamento y se lo llevaron detenido, al organizar el reguero dejado en el librero encontré la hoja de El País del 27 de diciembre de 1998. En ella sale el reportaje que el periodista John Carlin escribiera sobre Robben Island, la Alcatraz sudafricana, donde usted pasara 18 de los 27 años que estuvo encarcelado. Injustamente, como ahora está mi esposo en Canaleta, otra Alcatraz situada en la provincia de Ciego de Ávila, 461 kilómetros al este de nuestro domicilio.

Cuando en 1990 usted salió de Robben Island tenía 71 años, pero su estado físico era de un hombre de 50. Ni mi esposo, actualmente con 57 años, ni la mayoría de los 77 cubanos recientemente sentenciados a penas de entre 12 y 28 años de privación de libertad, casi todos cercanos a la tercera edad, resistirían tantos años de encierro, porque si las condiciones de vida y alimentación son duras fuera de las cárceles en Cuba, dentro son iguales o peores que en Robben Island.

No entro en detalles acerca de la detención y enjuiciamiento de mi esposo y el resto de los procesados en abril de 2003 porque sus casos han tenido amplia repercusión en la prensa mundial. Sólo le diré, amigo Mandela, que las condenas son tan injustas y desproporcionadas como lo fue su encierro.

Ojalá a usted sí le permitan visitar las cárceles cubanas y entrevistarse con presos políticos y, ¿por qué no?, con algunos comunes —no sé si usted sabe que un alto porcentaje de la población penal cubana pertenece a la raza negra.

Usted, que es la persona que en el mundo más valora el precio de la libertad, es la más indicada para interceder por la liberación de mi esposo y de todos los presos políticos cubanos.

Se lo pido en mi nombre y en el de Hortensia Castañeda Rodríguez, una madre de 83 años que cada día llora y se desvela por el temor de no volver a ver a su hijo. Agradeciéndole de antemano cualquier gestión, le saluda, con respeto y admiración:

Blanca Reyes

La Habana, 11 de mayo de 2003

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