El endurecimiento del discurso y la descalificación de los detractores es la respuesta de La Habana a las críticas de gobiernos e intelectuales de diversas tendencias políticas que en todo el mundo han protestado por los fusilamientos de los secuestradores y por la reciente campaña represiva contra la oposición pacífica interna, que ha llevado a la cárcel a 75 disidentes con penas de hasta 28 años.

Siete países de América Latina apoyaron el pasado 17 de abril en Ginebra una resolución que insta al gobierno cubano a recibir a la enviada especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christine Chanet, y a colaborar con su trabajo de supervisión en la Isla.

A pesar de que el texto aprobado no incluía condena alguna a La Habana ni mención a las recientes acciones represivas del régimen de Castro, funcionarios cubanos llamaron "serviles vasallos" de Washington a los gobiernos que votaron a favor de la resolución.

Diplomáticos acreditados en Cuba estimaron que Castro "no desconocía el alto costo político" que tendrían a corto plazo las fuertes medidas contra la disidencia y los secuestradores.

La campaña represiva contra la oposición, la peor realizada por La Habana en las últimas dos décadas, fue llevada a cabo cuando amplios sectores estadounidenses —políticos, sociales y empresariales— impulsaban una apertura hacia Cuba y la flexibilización del embargo, iniciativas torpedeadas por las acciones de Castro.

La represión también ha afectado al reinstaurado "diálogo político" entre La Habana y la Unión Europea, el principal inversor y socio comercial del régimen cubano, que emitió una fuerte condena por el encarcelamiento de los opositores y la ejecución sumaria de los secuestradores.

A lo largo de cuatro décadas, el gobernante cubano ha demostrado que no vacila en emplear mano dura cuando se pone en riesgo la revolución que él mismo llevó al poder hace más de cuatro décadas.

Según Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), "Fidel Castro busca siempre el autoaislamiento en momentos de crisis".