Líderes de la disidencia interna saludaron este martes la decisión de Francia de invitarlos a las celebraciones por el Día de la Bastilla en su embajada en La Habana, pese a las advertencias al respecto lanzadas por el régimen Fidel Castro, informó la AFP
La invitación fue para los opositores "un gran gesto de solidaridad humana", dijo el socialdemócrata Vladimiro Roca.
"Hay que recordar que las amenazas gubernamentales no eran sólo para los disidentes, sino que también pesan sobre los diplomáticos" europeos, agregó.
La celebración por el aniversario 214 de la Toma de la Bastilla, efectuada en la embajada francesa, constituyó la primera ocasión de poner a prueba la decisión de la Unión Europea (UE) de aplicar sanciones diplomáticas al gobierno de Cuba, tras la ola represiva que llevó a la cárcel a 75 disidentes.
La UE dispuso limitar visitas gubernamentales de alto nivel, reducir su participación en actos culturales bilaterales, e invitar a los disidentes a las recepciones en sus embajadas en La Habana, entre otras medidas.
Esas decisiones provocaron la reacción de las autoridades, que a través del propio Castro y del canciller Felipe Pérez Roque, advirtieron públicamente a embajadores y opositores sobre la posibilidad de romper relaciones con unos y encarcelar a los otros.
"Si limitan sus contactos a los disidentes, entonces aquí sobran" esos diplomáticos, dijo el gobernante cubano en un discurso en junio pasado, en tanto advertía a los disidentes que se les aplicaría todo el peso de la ley.
No obstante, en la noche del lunes, en los jardines de la sede diplomática de Francia, estuvieron presentes los más destacados dirigentes de la oposición pacífica interna, representando a casi todas las tendencias.
El abogado René Gómez Manzano, de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, y Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, compartieron la velada junto al líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá, el socialdemócrata Vladimiro Roca, el también miembro de la Asamblea disidente, Félix Bonne y decenas de familiares de opositores encarcelados.
"Tenemos derecho a asistir a estos encuentros y a expresar libremente nuestras diferencias y discrepancias con el gobierno", comentó a la AFP Gómez Manzano.
"La gente está venciendo al miedo", sostuvo por su parte Payá.
Sánchez Santacruz, destacó la unidad de los opositores y desechó supuestas versiones de rupturas o divisiones en la oposición interna.
"Es que la disidencia, respetando las diferencias de opiniones entre nosotros, quiere dejar en claro que estamos unidos en un objetivo común, que es lograr un proceso de transición y democratización en nuestro país", afirmó.
Añadió que asistir a las celebraciones francesas representó "una ocasión de recibir una muestra de apoyo humano y reconocimiento moral de parte de la UE y otros países, ante esta situación de intolerancia y represión que practica el gobierno".
En el ala izquierda de la disidencia, Manuel Cuesta Murúa, secretario general de la Corriente Socialista Democrática Cubana, explicó que la invitación constituyó "un paso más en el reconocimiento de la disidencia como un interlocutor político válido" ante la comunidad internacional.
Ningún funcionario del gobierno de Cuba asistió a la velada, pese a haber sido invitados. |