El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) expresó esta semana preocupación por el estado de salud de los periodistas cubanos Julio César Gálvez, Edel José García y Jorge Olivera Castillo, encarcelados desde abril de 2003.

Ann Cooper, directora ejecutiva del CPJ, denunció que "el gobierno cubano encarceló a estos periodistas valiéndose de leyes que contravienen normas de libertad de expresión reconocidas internacionalmente".

"Continuamos exigiendo que se los libere inmediata e incondicionalmente", agregó.

Julio César Gálvez cumple una sentencia de 15 años en la cárcel La Pendiente, de Villa Clara. "Padece de problemas hepáticos y urinarios, así como de hipertensión y alto colesterol. Estos padecimientos han aparecido o se han agravado durante su encierro, según su esposa, Beatriz del Carmen Pedroso", dijo el CPJ en un comunicado, emitido por su sede en Nueva York.

El periodista independiente estuvo hospitalizado desde el 26 de febrero hasta 9 de julio de 2004. El 11 de marzo fue operado por afecciones en la vesícula.

Pedroso dijo estar muy preocupada por las enfermedades, así como por la "alteración nerviosa" de su esposo, "y manifestó que solicitaría en su nombre una licencia extrapenal por motivos de salud", agregó el CPJ.

Edel José García también cumple una sentencia de 15 años y se encuentra en el hospital de la prisión Combinado del Este, en La Habana, desde el 25 de febrero pasado.

"Sufre de gastritis, claustrofobia y una fuerte depresión", dijo el CPJ citando a la esposa del disidente, María Margarita Borges. "Además, García es ciego de un ojo desde niño y tiene afectada la visión en el otro", añadió.

Jorge Olivera Castillo, quien cumple una sentencia de 18 años de cárcel, ha estado en el Hospital Provincial de Guantánamo desde el 26 de febrero de 2004.

"De acuerdo con su esposa, Nancy Alfaya, Olivera padece de intensos dolores abdominales causados por una colitis crónica. Además, tiene la presión arterial descompensada y otros padecimientos que se han agravado durante su encierro", dijo el CPJ.

"Alfaya señala que su esposo nunca tuvo problemas de la presión arterial antes de ingresar a la prisión y que su estado de salud general ha empeorado".

Gálvez, García y Olivera forman parte del grupo de 75 disidentes que, tras juicios sumarios a puertas cerradas, el gobierno cubano envió a prisión en abril de 2003 con penas de hasta 28 años.

Unos 27 periodistas fueron encarcelados en esa oleada represiva. Algunos fueron juzgados según el Artículo 91 del Código Penal, que prevé largas sanciones de privación de libertad o muerte para todo el que actúe contra "la independencia o la integridad territorial del Estado", recordó el CPJ.

Otros fueron procesados bajo la Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba (conocida como Ley Mordaza), que establece sanciones de hasta 20 años de prisión para quienes cometan actos que, a consideración del gobierno cubano, persigan "subvertir el orden interno de la Nación y destruir su sistema político, económico y social".

La mayoría de los periodistas encarcelados han sido recluidos en pabellones de máxima seguridad. Sus familiares han denunciado reiteradamente las deficientes condiciones sanitarias y de alimentación, y la inadecuada atención médica que reciben.

"Muchos periodistas han sido trasladados a celdas con delincuentes comunes, mientras que otros permanecen aislados. A diferencia de la población penal general, que tiene visitas con mayor frecuencia, los periodistas presos reciben visitas familiares cada tres meses y conyugales cada cinco meses", concluyó el CPJ.