El preso político Margarito Broche Espinosa, quien continúa grave en el Hospital Salvador Allende, de La Habana, fue maltratado por las autoridades penitenciarias días antes de sufrir un infarto en la cárcel capitalina de Guanajay.

María de la Caridad Noa González, esposa de Margarito Broche Espinosa.

Según Cubanet, la esposa de Broche, María de la Caridad Noa González, denunció que al disidente lo esposaron de manos y pies el pasado 30 de julio para cortarle el pelo y rasurarle la barba.

Broche se negaba a pelarse y a afeitarse desde hacía más de 20 días, como forma de protesta ante las constantes represalias de un oficial —identificado como Omar— contra él y otros dos presos políticos.

De acuerdo con la información de Cubanet, el disidente, de 47 años, padece de enfisema pulmonar y bronquiectasia crónica. A pesar de esto, los responsables de prisión le obligaron a caminar más de 270 metros bajo la lluvia "con la cabeza descubierta y las manos esposadas a la espalda".

Al día siguiente, Broche amaneció con disnea, fuertes dolores en la espalda y estado febril.

Broche Espinosa, de Caibarién, Villa Clara, es el fundador del grupo Asociación Nacional de Balseros, Paz, Democracia y Libertad, y fue condenado a 25 años de prisión en abril de 2003.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), organización de la oposición interna, le había incluido en una lista de disidentes encarcelados cuyo estado de salud es muy precario, y había reclamado sin éxito su liberación.

El preso político sufrió el infarto el pasado miércoles por la tarde y fue trasladado de urgencia al hospital.

"Les dije (a las autoridades carcelarias) que responsabilizaba al gobierno por lo que le pase a mi esposo, por los maltratos que a manos de Omar, jefe de Reeducación, Margarito ha sufrido en ese penal", afirmó Noa González, quien logró ver a Broche en la tarde del jueves, según un comunicado del Directorio Democrático Cubano.

Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la CCDHRN, dijo este viernes a Encuentro en la Red que la policía molestó a algunos familiares y periodistas que acudieron al Hospital Salvador Allende.

Antes de sufrir el infarto, Broche "no tenía ninguna afección cardiovascular conocida", afirmó Sánchez Santacruz.

Lo ocurrido ha sido el resultado de "otras dolencias y del stress carcelario. Todos los presos políticos están expuestos a accidentes cardiovasculares porque las condiciones son muy duras en las cárceles y la protección médica es mínima", agregó.