Cartas
www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003 www.cubaencuentro.com

Carta abierta a Manuel Díaz Martínez

A finales de los años 70, mi padre estuvo en la "Unión Soviética", dando un ciclo de conciertos con orquestas muy prestigiosas, yo tendría apenas 9 o 10 años y salvo algún comentario sobre la calidad de las orquestas y/o la burocracia típica de esos sistemas, sólo recuerdo los dos o tres chistes traídos por mi viejo, de la tierra de los "bolos"; chistes que habían sido "cocinados" por ellos mismos. Uno de ellos, contaba mi padre con deleite, describía a un perro americano que había ido de visita a la Unión Soviética, y allí otro perro soviético le dio el "tour" de rigor, mostrándole todos los logros que ellos, los perros comunistas, habían alcanzado: la educación, la salud socializada, los grandes avances científicos, en fin, el paraíso en la tierra. El perro americano, ya en su avión de regreso al "imperio", se encuentra al perro soviético, escondido debajo de su silla, y extrañado, le pregunta qué hace allí, tratando de escapar, si lo tiene todo en su paraíso de los trabajadores, a lo que el perro soviético le contesta: sí, eso te he dicho... pero yo lo que quiero es ladrar.

En estos días terribles, he leído artículos y escuchado opiniones respecto a lo que ha pasado en la Isla, y modestamente, quisiera decirle que me parece muy exacto el análisis que usted ha hecho sobre todo lo acontecido. Además, le admiro su capacidad para todavía conceder el beneficio de la duda. Definitivamente, los años de prisión y los fusilamientos son mensajes dirigidos al pueblo de Cuba, rehenes al fin, de que eso también les puede pasar a ellos. Al igual que los mítines de repudio, que más que repudio para los que los sufren son mensajes de terror para el resto de la población, incluyendo a quienes participan activamente en dicha persecución.

De la lista de firmantes de esa infame carta, le puedo decir que, sin temor a equivocarme, conozco personalmente al 90% de ellos, les vi en mi casa en muchas ocasiones, me vieron nacer, crecer, etc. Es evidente que el "Comandante en Jefe, Fidel" no ha querido asumir estos presos y estos muertos él solito, y ha comenzado a repartir esa carga, que es sin duda bastante pesada de llevar.

Tener miedo es algo tan humano como amar, todos sentimos miedo, pero adjudicarnos el papel de Dios, apoyando la encarcelación de otros semejantes, porque sólo quieren "ladrar", y firmando la sentencia a muerte de unos infelices que escapaban, probablemente sin ellos mismos tener conciencia de que no sólo muestra lo aberrante de ese sistema, y que mi padre y algunos de sus colegas hayan puesto sus nombres y apellidos a semejante documento, va mucho más allá que sentir miedo por sus vidas; es un acto de cobardía.

Sólo me mueve a escribir estas líneas el dolor y la vergüenza que siento. Quién sabe si algún día uno de estos artistas y/o intelectuales, se encuentren en algunos de sus conciertos o en algunas de sus conferencias a alguien que se les acerque, no ya para pedirles sus autógrafos o decirles lo mucho que les admiran, sino para identificarse, como familiares de los muchachos fusilados o parientes de los presos. Mucho me temo que ni mi padre, ni sus colegas, van a poder, nunca más, caminar las calles de nuestra querida Cuba, con la ligereza y el desenfado con que lo hicieron ayer. Ese va a ser su castigo.

Quedo de usted,
Alina Brouwer

Referencias
Fusilados, presos y rehenes
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