Cartas
www.cubaencuentro.com Martes, 24 de febrero de 2004 www.cubaencuentro.com

Acabo de descubrirles por un amigo que me envió el artículo Cuarentones y que me viene como anillo al dedo. Soy de esa generación, los nacidos en los sesenta, y me tocó vivir bastante de todo eso. Gracias a Dios y a mis padres que abrieron el camino, nos salimos de ese laberinto. Bueno, sólo quiero felicitarlos por el artículo y a la autora. Gracias y desde ahora tienen otro fiel lector en Miami.

José Antonio

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Coincido otros lectores acerca de la calidad del artículo Cuarentones. En lo de las "Vueltas a Cuba", sin embargo, discrepo con la autora, con respecto a que estas estaban al alcance de todos los que hoy tenemos esta edad. Nada menos cierto. Este tipo de excursiones sólo estuvo al alcance de los "privilegiados" hijos de pinchos y profesionales de buen sueldo. Para el resto de la población, las tales Vueltas, no fueron sino otro de los inalcanzables sueños de esta generación. De los viajes a los países socialistas, ni hablar. Por lo demás, un excelente trabajo. Felicitaciones a la autora y a Encuentro.

E. Kurba

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Cuando preciso un análisis crítico sobre un asunto cubano acudo a estas páginas. El 7 de febrero, el asunto fue la denegación de visas a los músicos cubanos invitados a participar en la celebración de los premios Grammy en Los Ángeles. El periodismo crítico, que tanto y tan bien se ha fijado en el régimen cubano, bien podría haberse dirigido a la política exterior de Estados Unidos. Por ejemplo, la manera en que el equipo del ex gobernador Bush ha usado el terrorismo como pretexto para limitar el contacto entre los pueblos norteamericano y cubano, y obstaculizar el acercamiento supuestamente peligroso de los músicos del Buenavista Social Club. La injerencia del gobierno en el campo cultural para obviar los efectos políticos no deseables es una táctica que a cualquier cubano le tendría que resultar familiar, y a cualquier periodista cubano, un fenómeno digno de comentarse en una revista dedicada a temas nacionales.

James Buckwalter-Arias,
Madison, Indiana

Referencias
EE UU niega visas a músicos residentes en la Isla para asistir a la entrega de los Grammy
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Felicito a la autora del artículo Cuarentones. Sin caer en chabacanerías o repeticiones, ha puesto el dedo en nuestra más profunda llaga. Como cuarentona que soy, no puedo menos que agradecer por exponer tan claramente lo que fue, es y seguirá siendo la realidad de los frustrados cuarentones cubanos, la cual, desgraciadamente, es totalmente diferente a la de los "baby-boomers" (cuarentones y cincuentones) de los países del mundo occidental. Ellos si estudiaron y se esforzaron para lograr sus metas profesionales y están ahora "viviendo la vida loca", usando una expresión musical.

Lourdes Herrera

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Acerca del artículo humorístico Un año para recordar (lo dura que es la vida), el autor hace alarde de su finísimo humor y, en tono irónico, nos da un "jocoso" resumen del pasado año en la Isla. Sin embargo, pese a que no considero que el autor milite en la "extrema derecha", pienso que dejó inconcluso su resumen de agosto. Cuando escribió: "En la misma semana mueren los músicos cubanos Compay Segundo y Celia Cruz. En todas partes lloran la muerte de esta última, excepto en el periódico Granma", debió también añadir "en todas partes lloran la muerte del primero, excepto en Miami".

Raúl Ávila

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Es legítima la queja de Luisa Campuzano. Nuestro idioma se destruye a pasos agigantados. Ya los jóvenes no leen ni quieren estudiar. ¿Para qué? Pero, ¿y las costumbres? Es patente la chambonería y mal gusto en el vestir, en el trato, en la gesticulación y en los hábitos higiénicos.

Y el decoro: Había una vez un país donde se decía: "aquí se puede meter la pata pero nunca la mano". Queríamos una nación sin ladrones y sin prostitutas. La aspiración era llegar a "la dignidad plena del hombre". Parece que estamos ante el fin del mundo moral e intelectual de los cubanos. ¿Quiénes son los que se conducen por tan inopinados rumbos? Los hijos de los cuarentones y cincuentones. Jóvenes buenos, pero que han sido testigos del estruendoso fracaso de las más caras expectativas de sus padres. Y se ríen de aquellos esfuerzos de antaño. ¿Para qué tanto sacrificio?

Escuché en Cuba muchas veces: "Los puros fueron unos giles", que significa: "Mis padres fueron unos idiotas". Lo peor del caso es que tienen razón.

¿Y la natalidad? Durante la explosión demográfica de los sesenta, no era raro ver familias con más de cinco hijos. Hoy no quieren tener ni uno. ¿Para pasar necesidades?, es la pregunta retórica que queda en el ambiente.

La verdad es que Cuba es un país sin esperanza. Si se sabe que se puede aspirar a un futuro mejor, se hace todo lo necesario para lograrlo. El que espera se prepara intelectualmente, trata de mejorar los modales, los gustos, las formas de vestir, el trato, las costumbres. El deterioro humano es el mayor monumento a la Revolución. Es su gran éxito.

Recuerdo cómo los jóvenes de los años sesenta, setenta y hasta Mariel —porque Mariel fue el verdadero punto de inflexión de toda la nación— hacíamos mucho por progresar. Aquí entra la tesis del artículo Cuarentones. Aquellos polvos trajeron estos lodos.

¿Quiénes han "escapado"? Los que nunca se sacrificaron, los delincuentes: ¿O es que no vemos estupefactos cómo el ambiente carcelario toma carta de ciudadanía en toda una nación? Asistimos a un descomunal naufragio. Parafraseando a Neruda se puede decir: Cuba: Todo en ti es naufragio.

Mario de Jesús

Referencias
Los especialistas se alarman por el deterioro del idioma español en la Isla
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Les escribo para felicitarles por el excelente trabajo que desarrollan. Cada día leo su diario con la seguridad de que en él se refleja la triste realidad de nuestra tierra, sus frustraciones y sus esperanzas.

Espero que un buen día este diario continúe con su edificante labor en tierra cubana. Espero y deseo que estas casi cinco décadas de exilio e insilio, nos ayuden a defender con uñas y dientes la libertad de la que hemos sido privados y que Encuentro sea una de las tantas voces que se levanten a diario para defender ese derecho.

José N. Suárez

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Gracias mil por las palabras tan brillantes del señor Marcos Aguinis en el artículo La ley del embudo. A pesar de que me siento triste por nuestra desgracia, la desgracia cubana, la solidaridad de tantas personas alrededor del mundo con el pueblo de Cuba y su suplicio es inspiradora.

Insto a todos los seres humanos de este planeta a que alcen sus voces y denuncien las violaciones que cada día se cometen en todos sus rincones: en África, Asia, América Latina, Europa, etc. Muchas felicitaciones a Encuentro en la red por su obra tan grande por Cuba.

Carlos Delgado,
Miami

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Me he sentido más tranquilo al leer los artículos publicados en La Nación, y transcritos en este sitio en la sección de Internacional, por los escritores argentinos Fernando Ruiz y Marcos Aguinis. Se trata de un paso valiente y solidario con los que se enfrentan abiertamente al "Proceso", en un contexto de total desconocimiento, permanente indiferencia y hasta desprecio. A ellos, mi respeto.

Aprovecho la ocasión para felicitar a los gestores de este tremendo proyecto, nacido de una revista maravillosa y desde el 4 de diciembre de 2000, en su versión digital diaria.

¡Qué sigan siendo el punto de encuentro de todos los que pensamos, con tolerancia, en cubano!

Luis, Montevideo

Referencias
La ley del embudo (MARCO AGUINIS)
Lo que no se quiere ver (FERNANDO RUIZ)
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A veces me temo que esta extraña situación de los cubanos, que no sabemos bien si somos emigrantes o exiliados, nos invita a revalidarnos mediante la invención de enemigos y enemistades. Este es el caso del artículo Santo Domingo: Costuras evidentes. Lo que el autor describe es en buena medida lo que hace toda embajada en términos de relaciones públicas. No creo que la embajada cubana en Santo Domingo tenga una presencia excesiva en alguna actividad, o al menos el autor no lo demuestra. Personalmente, participo en la dirección de una institución académica internacional, y celebramos numerosas actividades, a algunas de las cuales invitamos a los diplomáticos extranjeros o funcionarios dominicanos, y a otras no. En algunas ocasiones los diplomáticos cubanos han pedido asistir a determinados eventos que no resultan apropiados para sus funciones, y les hemos negado la invitación, lo cual han aceptado y ello no ha afectado las relaciones que mantenemos con ellos como con otras embajadas del continente. Es sencillamente una relación profesional.

Si el gobierno cubano abre restaurantes o locales como Cubanía, aprovecha una oportunidad económica y cultural, y en el caso de Cubanía —si realmente pertenece al gobierno cubano— lo ha hecho muy acertadamente, pues se ha convertido en un lugar muy atractivo para los jóvenes y menos jóvenes, categoría esta última en la que lamentablemente me ubico.

Cuba y República Dominicana tienen una larga historia de relaciones culturales que debe mantenerse e incrementarse, y estos son pasos positivos. Y como cubano residente en RD me siento halagado porque se abran estas relaciones y porque los dominicanos y dominicanas las disfruten.

Lo otro es inventarse enemigos para paliar los efectos de los exilios aburridos. Les garantizo que hay otras maneras de matar el aburrimiento en este simpático y cariñoso país.

Haroldo Dilla Alfonso

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