Drume negrita, primer tema del compacto, es un tango-congo que esta vez se nos presenta en una variante beat, lo cual anuncia el tipo de ámbito musical por el cual se moverá esta saga del B.V.S.C. Monte adentro, una guaracha de Arsenio Rodríguez, sorprende gratamente por el tratamiento estilizado de que es objeto. Los Twangueros, en clave de afro-shake, destaca por la incorporación de tambores batá y la ejecución del vibráfono por parte de Cooder. Patricia, mambo estilizado de Pérez Prado, destaca por el perfecto contrapunto entre los instrumentos de Cooder y de Galbán. El tratamiento del tema Caballo viejo va de blues con estilo tradicional, y mientras que Cooder ejecuta el órgano Hammond, Galbán elabora una delicada filigrana en torno a la melodía. En Mambo Sinuendo, novedoso tema que da título al álbum, se recrea una forma muy interesante de mambo-pop que prácticamente no tiene antecedente, interpretando la trompeta el fabuloso Herb Alpert. Bodas de oro es un danzón de Electo Rosell Chepín, y la interpretación de los músicos deviene una de las mejores versiones que se han hecho de esta pieza antológica.

En Échale salsita tanto la guitarra de Galbán como la sección de percusión se encargan hábilmente de recrear el clásico. No obstante, se echa en falta el diálogo estilístico entre aquél y Cooder, pues resulta muy pobre el respaldo armónico de éste al ejecutar la guitarra y el piano eléctrico. La luna en tu mirada, tema de Luis Chanivecky, cae de lleno en la onda de Los Zafiros, al haber sido interpretada por éstos en su día, por lo cual Galbán se mueve en su ambiente, desgranando una melodía cuajada de matices y requiebros muy sensuales. Secret Love es el único tema norteamericano del álbum, cargado de sensibilidad y ternura. En Bolero sonámbulo, Cooder ataca a fondo con su slide guitar, respaldado por su partenaire Galbán y un maravilloso piano que los créditos no anuncian (?), dejando preparada la pista para María la O, un último tema donde Cooder y Angá trabajan eficazmente en los acentos rítmicos, mientras que Galbán se responsabiliza con la melodía.

El disco es el esfuerzo por reproducir una onda musical old fashion, basándose en un estilo de tocar la guitarra eléctrica que marcó época hace ya más de 40 años. Sin embargo, el resultado alcanzado por estos músicos va mucho más allá de la simple recreación. Sus interpretaciones aportan una novedosa y sugestiva forma de fusionar estilos de raíz común.