El Institute for Cuban and Cuban-American Studies, de la University of Miami, acoge hasta el 14 de septiembre la exposición Cuba: ¡Imagínate!, que puede ser visitada en la Casa Bacardí (1531 Brescia Avenue, Coral Gables). Se trata de una amplia muestra (medio centenar de obras) del quehacer fotográfico de Roy Llera, quien ha reunido imágenes tomadas en los 31 viajes que ha realizado a Cuba.

Santera (Roy Llera).

En un texto que puede leerse en su página en Internet (http://www.royllera.com/cuba_index.html) y del cual se incluye una versión más breve en la muestra, Llera comenta el origen de las fotos que ahora expone. A diferencia de otros hijos de inmigrantes cubanos, no le tocó crecer en Estados Unidos escuchando constantemente a sus abuelos hablar sobre la Cuba que un día dejaron. La razón era muy sencilla: ellos no hablaban inglés y él no hablaba español. Fue la lectura de la novela de Pico Iyer, Cuba and the Night, que cuenta la historia de un fotógrafo en la Isla, lo que estimuló en él el deseo de recuperar y tratar de comprender sus raíces. Para ello, decidió viajar a Cuba. Desde su primer día en La Habana, la ciudad lo cautivó con su arquitectura, sus viejísimos autos, su gente… No durmió, sino que prefirió caminar durante toda la noche, animado por esa energía especial que nos transmite el lugar donde sentimos que debemos estar. Lo que comenzó como un viaje de curiosidad y descubrimiento se convirtió en él en una adicción, y sólo en los seis meses siguientes volvió a la Isla en siete ocasiones más.

En esos primeros viajes, cuenta Llera, experimentó una mezcla de confusión, ira y depresión. No podía creer lo que estaba viendo: la lucha cotidiana por conseguir algo que poner a la mesa por la noche, la escasez de medicinas, los apagones diarios, la pobreza, la falta de las libertades básicas. Al mismo tiempo se admiró de los esfuerzos de la gente por mantener su dignidad y su increíble espíritu. Hizo, por supuesto, muchas fotos, y confiesa que nunca encontró ni una sola muestra de animosidad de las personas cuando las tomó. Al principio, se propuso hacer su trabajo de la manera más objetiva posible, y limitarse a fotografiar la realidad de la vida en la Isla. Pero luego se dio cuenta de que cada vez que hacía click con su cámara estaba siendo selectivo y daba su propio punto de vista. Pensó entonces que hay muchas cosas de Cuba que necesitan ser dichas, muchas personas que no tienen voz en un país donde expresar tus ideas puede llevarte a la cárcel. Y decidió que él iba hablar sobre todo ello, a través de esas imágenes captadas por él y reunidas ahora en Cuba: ¡Imagínate!