Como en la anterior, se trata de una canción al compromiso, a un compromiso sin lugar ni fechas, en el que sólo se alude a la solidaridad humana, a la necesidad de hacer nuestros los ajenos padeceres, única forma de que los propios sean, a su vez, compartidos: "La vida no vale nada/ si no es para perecer/ porque otros puedan tener/ lo que uno disfruta y ama".
Es interesante comprobar que no todas, pero muchas de las canciones de Pablo Milanés logran una ambigüedad —entiéndase universalidad y extemporaneidad— que ningún otro cantautor alcanza. Cuando en piezas como ésta, ponemos nombre y apellido a la situación, somos nosotros quienes las localizamos, pues ellas en sí mismas parecen ingenuas y tremendas: un secreto que todos parecemos entender porque aplicamos a ellas nuestros propios contenidos.
Hace más de veinte años, le hice una entrevista a Pablo en la que le pregunté por el final de esta canción: "Y por eso para mí/ la vida no vale nada". "La conclusión es bastante nihilista", recuerdo que le dije. Me miró con esa sonrisa de ángel terrible a la que siempre acude cuando no quiere ser explícito y me preguntó a su vez: "¿Tú crees?".
La vida no vale nada Pablo Milanés
La vida no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama.
La vida no vale nada si yo me quedo sentado después que he visto y soñado que en todas partes me llaman.
La vida no vale nada cuando otros se están matando y yo sigo aquí cantando cual si no pasara nada.
La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga.
La vida no vale nada si ignoro que el asesino cogió por otro camino y prepara otra celada.
La vida no vale nada si se sorprende a otro hermano cuando supe de antemano lo que se le preparaba.
La vida no vale nada si cuatro caen por minuto y al final por el abuso se decide la jornada.
La vida no vale nada si tengo que posponer otro minuto de ser y morirme en una cama.
La vida no vale nada si en fin lo que me rodea no puedo cambiar cual fuera lo que tengo y que me ampara.
Y por eso para mí la vida no vale nada. |