www.cubaencuentro.com Lunes, 30 de junio de 2003

 
   
 
Guaguancó a capela
El Centro Cultural Latin Quarter, de Miami, acoge la puesta en escena de 'Allá afuera hay fresco', obra protagonizada y dirigida por el cubanoamericano Larry Villanueva.
por ALEJANDRO RíOS, Miami
 

La guerra de los sexos no cree en conversaciones de paz, parece sustentar una obra de teatro escrita, protagonizada y dirigida por el joven actor cubanoamericano Larry Villanueva, que ha subido al escenario del Centro Cultural Latin Quarter de Miami bajo el paradójico título de Allá afuera hay fresco.

Teatro
Kuve, Villanueva. Allá afuera hay fresco. (Pedro Portal).

Si afuera hay buen tiempo, dentro de la sucinta e ingeniosa puesta en escena se ha desencadenado un temporal donde todos los resquemores afloran. La contrapartida de Villanueva es la actriz de origen venezolano Alexa Kuve y entre ambos nos galvanizan durante poco más de una hora con una gira por los entresijos de la insatisfacción sentimental y la incompetencia carnal.

La pieza descansa, visualmente, en la cómplice colaboración de Pablo Durán y Michel Hernández, quienes alternan breves apariciones al comienzo de la obra con el diseño de luces y la escenografía, respectivamente.

En la escena reina una cama de hierro —geografía inquietante y algo kitsch—, engalanada de rosa y rojo, donde ronda el desamor y la muerte. El lecho, como trono, protagoniza la tragedia de sus perturbados moradores, incapaces de lidiar con las asperezas del tiempo y los altibajos de la vida en pareja.

El director empuja a sus personajes, Vicky y Rey, y a los espectadores —que no saben si reír o llorar— al abismo de pasiones. El drama es universal, pero las aristas pertenecen a la estética y ética "cheas", de una Cuba que flota en un enrarecido firmamento donde la política no tiene significado, ya sea en la Habana Vieja o a unas pocas cuadras de donde se representa, en la Calle 8 de Miami.

Se trata de un guaguancó a capela, con destellos de cuchillos "matavacas" y un trago de cloro que pende amenazante para dar por terminada la angustia de dos cuerpos que se ufanan, sin éxito, en ser reconocidos.

Villanueva y Kuve hacen la ronda de las decapitaciones con la intensidad de un solo ser sometido a grandes desasosiegos y torturas. Los actores parecen rasgarse la piel en busca de alguna respuesta más allá de la fatua superficie. La alternativa juiciosa los elude, sin embargo, porque han cruzado el point of no return. El lugar de donde no se regresa ileso.

Villanueva, recordado por su personaje del joven freaky que se inyecta sida en el filme Azúcar amarga, de León Ichaso, ha calificado Allá afuera hace fresco como una "descarga". No creo, sin embargo, que el término se refiera a su conocida vertiente musical, sino a la otra, más criolla y maldita, que alza la voz, manotea e impreca cuando las razones fracasan y se impone la intolerancia y la violencia para explorar los misterios insondables del sexo y el amor en la pareja.

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