www.cubaencuentro.com Jueves, 08 de julio de 2004

 
  Parte 1/2
 
Una isla en la Ciudad Luz
La antología 'Ínsulas al pairo: Poesía cubana contemporánea en París' recoge los derroteros de los cubanos que deambulan, vivos aún, por las calles de la capital francesa.
por GERMáN GUERRA, Miami
 

Toda frase que se repite y perdura en el tiempo, termina acuñada en el refranero del pueblo que la dice. Todo refrán guarda un trozo de verdad y de sabiduría popular. En esa isla que nos pesa en las espaldas, la voz que refranea las calles ha convertido a los poetas cubanos en una multitud, hay tantos poetas en el aire que la cantidad de versadores y malversadores pudiera igualarse a la cantidad de almas que componen la nación, y el paso de las horas nos ha regalado esta sentencia: si le das una patada a una piedra, salen poetas.

W. Navarrete
William Navarrete, antologador del libro.

El panorama se repite para con las antologías de la poesía cubana. Desde 1959 hasta hoy, la lista de antologías ha sobrepasado un par de centenas y ha cobrado pretensiones de infinitud. Pretensión que ha logrado dar a conocer nuestra poesía en los lugares más recónditos y en los más selectos círculos degustadores de la mejor poesía viva, pero que también ha minado la credibilidad de nuestras letras, ante tantos documentos marcados por la falta de rigor y seriedad en el trabajo de falsos antólogos y aprendices de poeta. En un reciente artículo de opinión, el novelista Jorge Ferrer abría su texto con el peso ineludible de esta pregunta: ¿sabe alguien de una literatura nacional más sobrevalorada que la nuestra?

A pesar de los pesares, cada nueva antología de poesía cubana siempre es una fiesta, y hoy tenemos sobrados motivos para celebrar la llegada de Ínsulas al pairo: Poesía cubana contemporánea en París, antología seleccionada y prologada por William Navarrete, y primera que recoge los derroteros poéticos de los cubanos que deambulan, vivos aún, por las calles de la capital francesa.

Junto al regocijo del placer estético que puede regalar esta antología y su fiesta de versos, se debe sumar el placer físico de la cuidada edición del libro, con el que la joven editorial Aduana Vieja, radicada en Cádiz y dedicada a la publicación y promoción de la literatura cubana, estrena sus pasos por El camino de Sevilla, la nueva colección de poesía dirigida por el poeta Manuel Díaz Martínez.

Pensar en español insular

Parados en el pórtico del libro, cuenta Navarrete al inicio del prólogo: "a los poetas cubanos de París nos une, además de una actividad creativa realizada fuera de Cuba, algo más: pensamos en español insular y obramos en un mundo cultural regido… por las sonoridades cotidianas del francés". En esa misma página de presentación, el prologuista comenta a fondo sobre el proceso de trabajo, el entarimado y la hechura final del libro y dice que "la tarea… implicaba, para quienes han colaborado en este proyecto, expectación y misterio. Se trata de reunir, por primera vez, una creación segregada que no había aparecido, hasta hoy, en un contexto que le diera cierta cohesión o unidad", para añadir al final de sus palabras que "…la diversidad generacional y las experiencias individuales, [implican] una extraordinaria riqueza, de la cual dan fe los muy disímiles registros poéticos de los antologados".

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