Como casi todo lo que ahora mismo se edita en Cuba, el libro Indagaciones: El Nuevo Arte Cubano y su estética, de la profesora e intelectual Magaly Espinosa Delgado, ha sido fruto del esfuerzo y la colaboración entre la modesta editorial pinareña Cauce y la solvente Casa Taller Pedro Pablo Oliva.

No es la primera vez que, gracias a la caridad de los buenos artistas de la Isla y al empeño y dedicación envidiables de no pocos intelectuales cubanos, proyectos editoriales de esta envergadura —orientados a pensar y desvelar las claves de un devenir estético altamente complejo— han corrido la suerte de concluir en soberbios libros con independencia de la nobleza y carácter casi artesanal de sus ediciones.

Indagaciones… no es un libro reciente, si partimos del hecho de considerar su fecha de publicación (inicios de 2004), sin embargo, lo es y mucho en la medida en que no le han sucedido demasiados volúmenes que no sólo pongan en cuestionamiento la mirada ofrecida por este abriéndose a otras perspectivas lectivas igualmente legítimas, sino porque el panorama editorial cubano relacionado con las artes visuales y el pensamiento estético revela un paisaje de absoluta indigencia.

Uno de los más graves problemas que enfrenta hoy el arte cubano y su estudio, es justamente la falta de un cuerpo editorial sólido capaz de satisfacer en principio las propias necesidades docentes de los programas de Historia del Arte impartidos en las universidades cubanas. Todo proyecto de investigación que se inicie en estos terrenos (ya sea dentro o fuera de la Isla) se enfrenta a una carencia bibliográfica que resulta alarmante.

A diferencia de otros campos del saber académico e intelectual, el pensamiento crítico cubano, ocupado de advertir los signos de un proceso estético que ha tenido en las figuras tropológicas de la disidencia y la clandestinidad su momento de mayor emancipación, no goza de un catálogo editorial enjundioso de cara a la propia riqueza de su objeto. Aun cuando, y esto es un elemento en extremo importante y que diferencia el campo intelectual cubano de muchos de sus homólogos periféricos, dentro del propio país sí se ha generado una fuerte base discursiva autóctona, de alto nivel teórico y de autoconciencia crítica más allá de la pertinencia o no de los juicios y sanciones recibidas desde el exterior.

Lo que ha favorecido, en parte, que en la mayoría de los textos redactados por voces de la crítica internacional, se advierta entrelíneas un sentido epigonal en los juicios de valor, al margen de la lucidez y la honestidad en el planteamiento de sus tesis.