Varios intelectuales cubanos exiliados expresaron su apoyo a Patricia Gutiérrez-Menoyo, directora de la Editorial Plaza Mayor, quien el pasado viernes durante el lanzamiento de varios libros de la Colección Cultura Cubana protestó por el veto que La Habana mantiene a determinados libros y autores.
Rafael Rojas, codirector de la revista Encuentro de la Cultura Cubana, se refirió a la editorial Plaza Mayor como "un proyecto plural de la diáspora cubana, consagrado a la difusión de la literatura cubana producida dentro y fuera de la Isla, con independencia de las posiciones políticas de sus autores".
"El acto de censura del gobierno cubano contra el escritor Luis Manuel García es un gesto represivo contra ese proyecto. Pero también es un ataque más en su obsesiva animadversión contra la revista Encuentro de la Cultura Cubana, de la que Luis Manuel García es jefe de redacción", añadió Rojas.
En palabras del ensayista, se trata de "una prueba más del cierre que conlleva la llamada 'apertura' cultural del gobierno cubano". García "es un destacado escritor de la diáspora a quien el gobierno de Fidel Castro —con una lógica similar a la que siguió el de George W. Bush para negar la visa al músico Ibrahim Ferrer— ha impedido viajar a su país, a presentar un libro de cuentos", agregó.
"Plaza Mayor y Encuentro comparten la idea de que la cultura cubana es una, aunque diseminada territorialmente, y que todos sus creadores poseen los mismos derechos de distribución y reconocimiento. No es raro, entonces, que un gobierno que basa su política cultural en una clasificación de los creadores en 'cubanos' y 'anticubanos' ataque esos proyectos plurales y autónomos de la diáspora".
Por su parte, el escritor Pío E. Serrano, radicado en Madrid, dijo a Encuentro en la Red que Patricia Gutiérrez-Menoyo ha actuado "con honradez y que hace muy bien en llevar a sus autores cubanos, de dentro y de fuera a la Feria del Libro de La Habana, y defenderlos allí como ha hecho en esta oportunidad".
Serrano refirió además que algunas editoriales españolas que asisten a la Feria han tenido "la misma dificultad, el mismo encontronazo con las autoridades de la Isla, en cuanto al veto, la censura de la presencia de autores cubanos del exilio".
Asimismo, el escritor elogió la actitud de la directora de Plaza Mayor como una manera de "abrir puentes, abrir vías de comunicación".
En cuanto a la decisión de Alemania de no participar en la Feria oficialmente, afirmó que "la UE adquirió un compromiso colectivo" por lo que "necesita dar muestras evidentes a La Habana, de que no está dispuesta a tolerar los crímenes cometidos el pasado año".
En tanto, la poetisa Belkis Cuza Malé, directora del proyecto cultural La Casa Azul, declaró que considera "la presencia y la participación de Patricia en la Feria como algo sumamente político y, ¿por qué no?, respetable".
"No se va a la Feria del Libro a pelear por los disidentes presos, sino a plantar una lanza en medio de un pantano", expresó Cuza Malé.
La poeta dijo que le parecía bien, "a estas alturas de la trágica problemática del país, que alguien con su capacidad y su inteligencia (la de Patricia) esté intentando hacer lo que hace, no desde la política a secas, sino desde la cultura". "Cosa a la larga muy beneficiosa para la Cuba que deseamos".
"Si somos capaces de aceptar a todos los que desertan, por qué no vamos a respetar a Patricia Gutiérrez-Menoyo, que con su tesón y su fe está haciendo (de seguro ingenuamente y buscándose enemigos en las dos orillas) una labor interesante, cuyos alcances políticos desconocemos", concluyó Cuza Malé.
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