Las autoridades cubanas han lanzado en la Isla una serie de limitaciones a la difusión del ritmo reggaeton, una fusión entre el rap y el reggae, con gran popularidad entre los jóvenes.

Según reportó la BBC, este género musical está siendo sutilmente limitado en los medios de prensa, se aconseja que no se utilice en fiestas de centros de enseñanza y se filtra en las discotecas.

Las limitaciones abarcan todas las áreas, incluidos los centros de diversión, de enseñanza y las Casas de la Cultura, expresó a la BBC Gilberto Rupert, promotor del reggaeton y disk jockey de un centro cultural.

Rupert comentó que "de arriba" le impiden poner el ritmo, bajo la justificación que "lleva siempre un poco de malas palabras".

El diario oficialista Juventud Rebelde publicó recientemente que el reggaeton llama "solapadamente a la chabacanería, el lujo, la lujuria, el vicio, el consumo de tóxicos… entonces hay que hacer algo".

Aunque la solución no es prohibirlo, señaló el diario, sí hacen falta acciones contra este género musical, al que asoció con la "banalidad, lo cursi, la quincalla y el atuendo exagerados, la bagatela".

Asimismo, criticó la forma de bailarlo, "como hacer el amor con ropa", y citó a quienes lo califican de "estilo musical descarado".

En declaraciones a la BBC, Oneilys Hevora, integrante del grupo habanero Los 3 Gatos, expresó que su "música no promueve lo mal hecho ni la contrarrevolución".

"Mi música es para bailar, para disfrutar, para que muchos se diviertan; yo no motivo a nadie a la violencia con mi música", añadió Hevora.

Los 3 Gatos no está prohibido legalmente, pero sólo pueden difundir su música a través de fiestas, de la distribución "de mano en mano" y eventualmente logran que alguien conocido pase sus canciones en alguna emisora oficial.

Así, el periodista Alcides García sostuvo que "existe una cruzada nacional contra el reggaeton".

Roberto Valera, compositor de música sinfónica y profesor en el Instituto Superior de Arte, instó a evitar la tentación de prohibir el baile.

"Debemos respetar a las nuevas generaciones en su manera de divertirse y disfrutar la música. Todos estos ritmos en boga tienen un tiempo de furor, y luego llega un momento en que pasan. Lo peor que pude ocurrírsele a alguien es prohibirlo", dijo Valera a la agencia Reuters.

En tanto, Laura Vilar, editora de la revista musical Clave, calificó de imitadores de los grupos caribeños a algunos surgidos en el oriente de la Isla, aunque según apuntó hay otros que incorporan elementos musicales propios.

"Son expresiones nuevas que pasarán, pero para ser populares no es necesario ser tan groseros en los textos, no tienen que caer necesariamente en estos facilismos con ambigüedades sexuales, pues la picardía erótica ha estado en la música cubana desde el origen del son", comentó Vilar.

También, para la musicóloga María Teresa Linares, "dentro de este fenómeno musical ocurre una fusión de fusiones, pues ingresan también elementos nuevos que vienen del rock y del funk, por lo tanto, puede ser muy atractivo y condicionar la masiva respuesta de los jóvenes".