www.cubaencuentro.com Miércoles, 28 de mayo de 2003

 
  Parte 1/2
 
Vicentico, el célebre
Un repaso a la vasta carrera de uno de los más destacados boleristas de Cuba y el mundo.
por JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid
 

El panorama musical cubano durante la década de los 50 fue uno de los fenómenos culturales más impresionantes que ha conocido América. Cristóbal Díaz Ayala los llama, con razón, "los fabulosos 50", pues no existía género o estilo que no estuviera representado por decenas de compositores e intérpretes de primerísima calidad: la música campesina, la rumba, las charangas
Vicentico Valdés
danzoneras (derivadas al cha cha chá), los conjuntos, los y las cantantes de boleros… Se trataba de la culminación de un proceso que puede fijarse a partir de comienzos del siglo XX, con las primeras grabaciones, y que se intensificó con la aparición de la radio en Cuba, en 1922.

Estos medios permitieron la creación y divulgación de estándares sonoros, la irrupción de nuevas figuras, escuchar con facilidad las producciones musicales de otras latitudes y la gestación de una industria musical que más tarde incluiría las vitrolas y la televisión. Los discos permitieron, también, crear un mercado internacional que incluía toda América y algunos países de Europa Occidental (sobre todo España y Francia). Ya en la década señalada, la competencia obligó a autores e intérpretes a un proceso de innovación tan vertiginoso que prácticamente se estrenaba un nuevo "género" o "ritmo" cada año. Y, lo que es más importante, la calidad comercial no se medía por la capacidad de reproducir en serie sonidos similares, sino por la diferenciación y la búsqueda. Fueron precisamente esos los años en los que se instaló definitivamente en el gusto del pueblo cubano uno de los mejores intérpretes que ha dado el bolero: el célebre Vicentico Valdés.

Nació en el barrio de Cayo Hueso, La Habana, el 10 de enero de 1921, en una familia que produciría varios músicos, como sus hermanos Marcelino y Oscar, percusionistas, y el también gran cantante Alfredito Valdés. No se sabe si el azar o la voluntad llevaron al joven Vicentico a participar como cantante en dos de las principales agrupaciones de la historia musical cubana: el Septeto Nacional (segunda época, 1937) y la charanga de Cheo Belén Puig. Fue, por tanto, intérprete de sones, guarachas y danzones, gusto que cultivó siempre. También participó en la Orquesta Cosmopolita, una jazz band.

1. Inicio
2. En 1944 viaja a México...
   
 
RegresarEnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
El suave decir de Guillermo Portabales
JOG, Madrid
Mariano Mercerón y sus Muchachos Pimienta
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir