www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
  Parte 2/2
 
Gloria y olvido
La Liga Cubana de Béisbol Profesional y los Carmelitas del Fe. Una excursión a los orígenes del pasatiempo nacional.
por ROGERIO MANZANO, Miami
 

Los primeros en vestir el uniforme feista fueron Gustavo Arístegui, Miguel Ayala, Evaristo Cachurro, F. Díaz, J. Hongh, Adolfo Marín, Ricardo Martínez, Francisco Miguel, Francisco Salabarría, José María Teuma y Antonio Utrera, quienes, desafortunadamente, vieron desvanecidas las probabilidades de una eventual victoria cuando quedó interrumpido el torneo por desavenencias ocurridas con los integrantes del Club Habana, en la primera suspensión de un campeonato invernal.

En la siguiente temporada el Fe no intervino. Retornó en 1885 y continuó, con asistencias entrecortadas, hasta la llegada del siglo XX. En 1901 comenzó el largo epílogo de una muerte innecesaria. Fueron 14 campañas que concluyeron en 1915 con la desintegración final de las huestes color carmelita. Sin embargo, fue un periplo especial, durante el cual la estabilidad del juego desplegado resultó categórica en los gallardetes de 1905-1906 y 1913, así como en los otros tres subcampeonatos obtenidos en este período.

Resalta a la vista, además, la ardua tarea que debió desarrollar la novena en aras de arrebatarle fanáticos al Habana y al Almendares. Un asunto fatigoso, por cuanto gran parte del respetable era devoto a los colores rojo y azul.

Pero la desaparición no tuvo su génesis únicamente en la adquisición de partidarios. Se debió más a la inestabilidad económica del país que al favor del público. Entre otras razones, porque produjo serias dificultades a la organización para mantenerse como tercer equipo en competencia.

Disputarle popularidad a Leones y Alacranes fue una labor ingrata para el Fe a lo largo de sus 23 contiendas, si se tiene en cuenta que sus canteras fueron la forja de peloteros de estirpe, desde Antonio María García, Eddy Machado, Alfredo Arcaño, Francisco Alday, Francisco Hernández y Pablo Ronquillo, en el siglo XIX, hasta Julián Castillo, Regino García, Pelayo Chacón y Carlos Morán, en el XX. Por otra parte, allí se moldearon las carreras de otros miembros del Salón de la Fama cubano, y en los casos personales de Miguel Ángel González y Adolfo Luque, resultó el foro donde realizaron sus primeros pininos como profesionales, en 1910 y 1913 respectivamente.

La contribución de los Carmelitas del Fe a la leyenda del béisbol es insoslayable. Desde su fundación hasta su desintegración lograron ufanarse de sus más poderosos enemigos, y se manifestaron como un elemento indispensable en la edad romántica de la pelota nacional, digna de tener en cuenta por todo aquel que admire y respete la historia del pasatiempo cubano.

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