Ya el béisbol se estaba frotando las manos con el espectáculo de los dos hermanos Hernández lanzando para los Expos de Montreal, uno detrás del otro, cuando una lesión del mayor, El Duque, ha puesto en espera, y tal vez en duda, que los cubanos vean acción en la temporada como parte del mismo equipo.

De los Gigantes a los Expos: Liván Hernández, el segundo hermano del segundo par.

La primavera no fue todo lo agradable para Orlando El Duque Hernández, debido a una tendinitis en el brazo de lanzar, y a un mes de temporada ha sucedido lo peor: "El Duque ha sido sometido a una operación artroscópica para repararle un desgarrón en los músculos que hacen posible la rotación del hombro. Dicho de una forma más clara: no volverá a lanzar hasta dentro de tres o cuatro meses.

Con suerte, Hernández pudiera retornar a fines de julio o principios de septiembre, quizá demasiado tarde para ayudar a los Expos, que por el momento vienen cumpliendo una campaña envidiable en sus aspiraciones de pasar a la postemporada de la Liga Nacional.

Montreal, que fue el equipo más mencionado en el plan de eliminación de franquicias de las Grandes Ligas antes de la solución del conato de huelga, había puesto parte considerable de sus esperanzas en el binomio de los Hernández, el dúo de hermanos más exitoso de la historia en la postemporada.

Por el momento, la fortuna ha mostrado el lado más amable a los Expos en el inicio de campaña, pero a medida que avance ésta la organización canadiense notará con fuerza la ausencia de quien ayudara a los Yankees de Nueva York a ganar varios anillos de campeón de la Serie Mundial.

Pero si Orlando se recupera en su hogar en Miami en espera de mejores tiempos, Liván no lo está haciendo nada mal con su nuevo equipo, y para nada echa de menos a sus antiguos compañeros de los Gigantes de San Francisco, con quienes llegó al Clásico de Octubre (donde terminó con una actuación para el olvido).

Con foja de 3-2 y promedio de carreras limpias de 3.73, Liván está borrando las dudas que se tenían sobre él, especialmente las del manager Frank Robinson —un miembro del Salón de la Fama—, quien reconoció la laboriosidad del cubano, pero al que le interesaban más la cantidad de victorias que la de entradas lanzadas.

Además, se temía que el cubano, sin el considerable respaldo ofensivo de un equipo como los Gigantes, que incluye en su nómina de miedo a un hombre como Barry Bonds, pudiera ser un fracaso con los Expos, que producen con fuerza, pero con menos consistencia que San Francisco.

Hasta ahora lo ha hecho bien. Sin aquella recta que se movía entre las 92-93 millas por hora, Liván sabe que la única arma que le ayudará a continuar su carrera en un béisbol que vive la era del jonrón es el control. Si éste le falta, le falla todo. De ahí su interés de mantenerse delante en el conteo de los bateadores.

La realidad de no poder integrar la rotación junto a Orlando fue un duro golpe no sólo para él, sino para los miles de aficionados puertorriqueños que compraron boletos en San Juan, donde los Expos jugarán 22 partidos para evitar las decepcionantes asistencias de Montreal, una ciudad que habla francés y a la que no le interesa el béisbol para nada.

Liván y Orlando habrían sido el segundo par de hermanos en integrar los Expos, luego que los dominicanos Vladimir y Wilton Guerrero jugaran juntos de 1998 a 2000, y de nuevo en la temporada anterior.

De todos modos, si El Duque se reincorpora, digamos, en agosto, y los Expos aún están en posibilidad de ir a los playoffs, su presencia sería invaluable, dada su experiencia y resultados en la postemporada. Después de todo, el también es un "mister Octubre".