Llegó de nuevo el béisbol y los fans a frotarse las manos y a arreglárselas como puedan con los caóticos medios de transporte de la Isla, para estar a las ocho de la noche en los estadios de las diferentes provincias. Bienvenida sea esa válvula de escape que resulta el béisbol. Los hombres —la mayoría de los fanáticos— a olvidarse por tres o cuatro horas de la crisis económica, los problemas de los hijos, la casa que se viene abajo por falta de mantenimiento y la precaria comida de arroz, potaje de chícharo y abundante agua.

Jugador de cuadro Kendry Morales.

El béisbol es eso: amnesia, sedante, bálsamo a los problemas eternos del socialismo criollo, y que las mujeres entonces tengan que soportar la carga hogareña y las duras condiciones de vida de los cubanos de este siglo XXI. Ya desde el pasado 23 de noviembre los hombres de negro dieron la voz de "a jugar". En estos primeros compases, los pitcher se pavonean y tienen a los bateadores en cuarentena. Los partidos, por lo general, son reñidos.

Los favoritos: Pinar del Río, Industriales, Villa Clara y Santiago de Cuba, hacen sus deberes, el trecho es largo. Son noventa partidos para cada uno de los 16 equipos. El torneo se divide en cuatro llaves con igual número de novenas. Y dos zonas: la Occidental y la Oriental, con ocho selecciones por bando.

Los peloteros integrantes de la selección que ganó el primer lugar en el Preolímpico de Panamá y obtuvo el boleto para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, están de vacaciones hasta el día 15 de diciembre. Por tanto, algunas novenas como Sancti Spíritus, con cinco peloteros en la selección nacional; Las Tunas, con dos, y Santiago de Cuba, con sus dos mejores lanzadores, sufren para salir airosos en este arranque.

Los rumores de algunos fans que situaban a Kendry Morales y Bárbaro Cañizares en la Florida, a la espera de un cheque millonario para jugar en las Mayores, se desvanecieron. No, Kendry y Cañizares, integrantes de la mítica novena capitalina de Industriales, están jugando con su equipo. Los que si se marcharon a Estados Unidos fueron el segunda base de Pinar del Río, Yobal Dueñas, 31 años, extraordinario bateador y regular de la selección nacional. También el espeso Maels Rodríguez, 23 años, de Sancti Spítitus, único hombre en la Isla que ha tirado un juego perfecto y rectas de hasta 101 millas, optó por jugar en la Gran Carpa, ganar mucho dinero y controlar él mismo sus ganancias. En fin, Dueñas y Maels prefieren ser profesionales, vivir bien y dejar a un lado el discurso político y la atmósfera ideológica que rodea el béisbol cubano.

Lo más llamativo de los primeros días de la campaña otoñal fue el bateo alegre del jardinero central de Metropolitano, Yoandri Urgellés, quien ya promedia 529. Yoenny Sutheran, Guantánamo, y Reinier Yero, Sancti Spíritus, tienen cuatro vuelacercas en los primeros seis partidos.

Impresionan un par de novatos: Frank Montiel (Industriales), pitcher derecho, 18 años, de seis pies una pulgada, rectas de 93 millas, control y rompimiento de grandes ligas. Montiel, siendo juvenil, ponchó en siete innings a 17 bateadores de Estados Unidos en el Panamericano de la categoría que se jugó en agosto pasado en Curazao.

Otro que pinta y da color es un niño de 16 años, pero con unas muñecas de Hércules: José Dariel Abreu, de Cienfuegos, quien pegó el viernes 28 de noviembre frente a Las Tunas un soberbio estacazo a más de 440 pies. Este portento tiene un sistema de bateo excelente. Anoten esos dos nombres, pues van a ser historia.