Play-offs de postemporada

Setenta y dos horas después del atentado de Madrid, el béisbol volvió a su sitio. Primero en forma tímida, casi en un susurro. Luego a gritos y con ofensas, que es como le gusta discutir de pelota al cubano. Había razones para discutir de béisbol. El domingo 14 de marzo terminó el calendario regular de 90 partidos y estaban los ocho equipos clasificados para los play-offs de postemporada.

Estarán envueltas en la pelea por el título nacional cuatro novenas de la liga de occidente: Pinar del Río topará con Isla de la Juventud, y la

Kendry Morales: lista negra.

mítica novena Industriales —campeón exponente— versus Sancti Spíritus. En la liga oriental, Santiago de Cuba se las verá con Ciego de Ávila, y Granma rivalizará frente a Villa Clara. Será un más al mejor de cinco.

Los play-offs rompieron el martes 16 de marzo. Luego, los ganadores discutirán el campeón de cada zona: occidental y oriental, en un cotejo de siete a ganar cuatro. Posteriormente, ambos campeones de zona lidiarán al mejor de siete el título de Cuba. Un diseño parecido a los play-offs de Grandes Ligas.

Mientras se sucede el compás de espera para saber cuál es la mejor novena de la Isla, la concluida Serie Nacional número 43 tuvo varias lecturas. La primera es que continúa el goteo incesante de peloteros deseosos de marcharse del país y jugar en la Gran Carpa. Tras el sueño de ganar ocho millones de dólares por temporada, como su compatriota Contreras, antes del inicio de la temporada emigraron de Cuba de forma ilegal dos estrellas: el pitcher Maels Rodríguez y el segunda base Yobal Dueñas.

Por sospecha de posible deserción, fueron apartados del béisbol los estelares Oscar Macías, y Yuniesky Betancourt, ambos camareros, y los pitchers Zaidel Beltrán y uno de los grandes lanzadores del momento, José Ibar. Los sucesos no pararon. En medio de la temporada, los jerarcas que rigen los destinos del deporte de la bola y los strikes decretaron suspender a Bárbaro Cañizares y a la nueva joya de la pelota cubana Kendry Morales por presunta deserción. En medio del huracán de peloteros estelares o novatos deseosos de probar suerte en el Big Show, equipos como Industriales, Habana y Villa Clara vieron menguado su poderío.

Sólo apoyados por su excelente pitcheo y defensa, Industriales y Villa Clara pasaron a los play-offs. La Habana quedó en el camino debido a la ausencia de su tercer bate Oscar Macías, hombre de 20 jonrones por campaña, y del pitcher derecho José Ibar, quien obtiene 13 o más victorias para su equipo, y eso se hizo sentir. Estos peloteros y los casi 150 que han desertado desde 1991 hasta la fecha están dando un mensaje de ida y vuelta a las autoridades de la Isla: ellos quieren jugar y ganar dinero, basta de competir por una retórica vacía y ganar salarios de obreros.

Mientras los oídos de los jerarcas deportivos continúen sordos, seguirá el flujo de peloteros hacia Estados Unidos. El punto positivo de la recién concluida campaña regular es la cantera de jugadores noveles. Ojo con peloteros como Yoenis Céspedes, center field de Granma, quien promedió 317 y pegó nueve jonrones, o el relevista de Industriales Frank Montiel, con su poderosa recta de más de 93 millas y sus letales rompimientos, ayudó a salvar 13 juegos para su novena, récord para un novato.

Pero quizás lo más llamativo de la actual temporada es el bateo desenfrenado del jardinero derecho del equipo Las Tunas, Urrutia, quien fue líder de bateo por cuarta ocasión consecutiva, con promedio histórico de 469, el más alto de la pelota cubana de todos los tiempos. Para ponerle la tapa al pomo, Urrutia ha sido líder de bateo en estas cuatro campañas, con averages siempre superiores a 400. Todo un récord para cualquier liga de béisbol que se respete. Mientras, a partir de ahora los fans se afilan los dientes con los pleitos de play-offs, pero no olvidan que otro día 11 el terror vistió de luto a España.