Los números no mienten. Los habaneros son primeros en bateo colectivo con 314, incluyendo 71 extrabases y 22 jonrones. Segundos en pitcheo, con promedio de 2,74, y a sus pitchers le batean para un anémico 228. Mientras son terceros en fildeo, con 984 y sólo dos errores en los partidos jugados.
Sus propios parciales no salen del asombro. Los fanáticos esperan que las aguas cojan su nivel y el Habana vuelva a ser lo que siempre fue: un equipo gris.
Mas en la pelota cubana, huérfana de grandes estrellas, una novena con jóvenes talentosos, deseos de jugar y bien preparada, puede dar la sorpresa. Si no lo creen, recuerden la temporada de 2002, donde Holguín —una selección que siempre ocupaba la parte baja de la tabla de posiciones— se alzó con la corona. La Habana, con mejor elenco, pudiera reeditar la hazaña. Pero el camino aún es largo. Restan más de sesenta juegos y los viajes constantes por todo el país, y seis partidos semanales, cansan.
Habrá que ver si a mitad de campaña los bates no le pesan a los habanistas y sus pitchers novatos no pierden eficacia. De momento, la Habana perfecta, como dicen sus partidarios parafraseando el apodo con que nombraban al gran Adolfo Luque en la década de los treinta en el béisbol de Estados Unidos, es la noticia de la pelota nacional.
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Otros aspectos interesantes son el buen average ofensivo de Frederich Cepeda, de Sancti Spíritus, líder en bateo con 448. Su compañero de equipo, Eriel Sánchez, es líder en jonrones con ocho y en impulsadas con 27. Entre los pitchers, el habanero Yonder Martínez va a la cabeza con un fantástico promedio de 0,38. Deynis Suárez (Industriales) y Ubisney Bermúdez (Las Tunas) son los que más partidos ganan, con cuatro cada uno. Mientras el zurdo de Cienfuegos, Adiel Palma, es el rey del ponche con 37.
La nota negativa de la semana es para Granma, novena que cometió ¡nueve errores! en un partido, para igualar una cota nacional. Dos días después, los granmenses cometieron siete pifias y muchos se preguntan en la Isla si estos peloteros juegan con guantes. La tabla de posiciones tiene a Pinar del Río de líder en el grupo A, los asombrosos habanistas encabezan el B, Camagüey manda en la llave C y Santiago de Cuba en la D. Los Industriales, campeones nacionales en las dos últimas campañas, están con 15 victorias y 8 derrotas. Los azules han jugado bien, pero sucede que La Habana está desbordada. Todo le sale bien y tienen la suerte de cara.
Decía el brillante periodista Rubén Rodríguez, que un equipo no es tan bueno cuando gana, ni tan malo cuando pierde. Por ahora, La Habana tiene una situación perfecta. Veremos si la presión y la falta de historia no le juegan una mala pasada. |