www.cubaencuentro.com Miércoles, 06 de abril de 2005

 
   
 
La caja se vuelve a destapar
Dopaje en Grandes Ligas: José Canseco, Rafael Palmeiro, Sammy Sosa, Curt Schilling y Mark McGwire comparecen ante una comisión del Senado.
por JORGE EBRO, Miami
 

La caja de Pandora abierta por José Canseco acaba de vivir otro terrible capítulo con la celebración de audiencias en el Congreso de Estados Unidos para estudiar el impacto de los esteroides y poner bajo supervisión el esfuerzo de las Grandes Ligas en el combate de este nuevo virus que corroe el béisbol.

J. Canseco
José Canseco (dcha.) junto a sus abogados.

Ante una comisión del Senado, comparecieron Canseco, Rafael Palmeiro, el dominicano Sammy Sosa, Curt Schilling y el retirado Mark McGwire. Pero si los políticos esperaban más luz sobre el tema, salieron con la sensación de que todo es más turbio y complicado que lo que aparece en la superficie.

Canseco, que ha visto convertirse en best seller su libro sobre los esteroides, se acogió a la Quinta Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege a los ciudadanos de auto-incriminarse, y se contradijo en varias ocasiones, haciendo mayor mella en su dudosa credibilidad.

Schilling negó totalmente haber consumido sustancias prohibidas, Sosa hizo una declaración parecida y Palmeiro incluso levantó el dedo hacia los inquisidores y rechazó de plano tener alguna relación con los esteroides. "Nunca los he consumido y punto".

Según la opinión pública, Palmeiro es el que mejor ha salido parado de este embrollo por la manera en que se comportó bajo juramento. Su cercanía a los 600 jonrones y a los 3.000 hits no harán otra cosa que allanar su camino hacia Cooperstown, junto a los inmortales del béisbol.

Pero McGwire es harina de otro costal. El hombre se quedó en un limbo en el que no reconoció haber consumido esteroides, pero tampoco lo negó. Cuando hizo referencia a los jóvenes que habían muerto por el uso indiscriminado de sustancias prohibidas, lloró como un niño desconsolado y ahora su reputación se ha visto empañada… quizá para siempre.

¿Lo hice y lo siento?

Por el momento, el grueso de escritores sobre béisbol, que son los que votan para el Salón de la Fama, parece inclinado a darle un voto de confianza a McGwire, pero hay una investigación en curso por parte del FBI y cualquier descubrimiento posterior, algo que parece bastante probable, pudiera cerrarle las puertas del templo sagrado de la pelota.

"Creo que habría sido mucho mejor que el hubiera dicho: 'Lo hice y lo siento'", destacó el ex comisionado de béisbol Fay Vincent.

Para Richar Pound, presidente de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, las lágrimas de McGwire lo incriminan por completo. "Lo que vi y escuché fue una confesión'', comentó Pound.

Sin embargo, muchos no se explican cómo Barry Bonds, cuyo entrenador personal es el eje de la investigación sobre una red de venta y distribución de esteroides, no fue llamado a declarar, pero el slugger de los Gigantes de San Francisco fue operado de urgencia de una rodilla por segunda vez en la pretemporada.

Y esto también es sospechoso. El ultramusculoso cuerpo de Bonds resistió más allá de los 40 años los rigores de una larga campaña con producciones ofensivas que no eran propias de jovencitos de 20 años, pero ahora, casualmente cuando se ha intensificado la política de control de las Grandes Ligas, ha comenzado a sentir los rigores de un cuerpo gastado y cansado.

Lejos de declararse satisfechos tras la audiencia de 11 horas, los congresistas dijeron que estudiarán la redacción de leyes para modificar la política de las Grandes Ligas frente al dopaje, si estas no adoptan una posición más dura.

"Resulta claro que el béisbol no comprende la magnitud del problema, las fallas de su política defectuosa de exámenes. Ya nadie cree en eso de 'confiar en el béisbol'", afirmó el representante Henry Waxman.

Nadie mejor que el representante Mark Souder describió el sentimiento del panel cuando se cerraron las puertas de la audiencia.

"Los congresistas estaban tan trastornados al final de la audiencia como al comienzo", expresó Souder.

De modo que esta historia no terminará hasta que haya más luz.

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