www.cubaencuentro.com Lunes, 04 de julio de 2005

 
   
 
Otros dos que tocan tierra
El sueño de las Grandes Ligas: Los peloteros Amaury Casañas y Oscar Macías, ex jugadores de la selección nacional cubana, han abandonado la Isla.
por JORGE EBRO, Miami
 

La válvula de escape de los peloteros cubanos sigue abierta y no parece que vaya a cerrarse en el futuro próximo. Los últimos en abandonar la Isla para intentar el sueño de las Grandes Ligas son Amaury Casañas y Oscar Macías.

El matancero Casañas es un hombre que, sin duda, lleva mucho poder en sus muñecas y era uno de los pocos sluggers —algo que preocupa bastante a las autoridades beisboleras— que quedaban en las Series Nacionales.

En par de ocasiones, Casañas integró el equipo principal. El slugger que batea y tira a la derecha participó en siete Series Nacionales junto al equipo de Matanzas y tuvo su mejor temporada en el periodo 2000-2001, cuando bateó 21 jonrones, empujó 65 carreras y concluyó con promedio ofensivo de 331 en 293 turnos.

Con las escuadras yumurinas defendía el jardín izquierdo, pero en sus juegos con la selección nacional cubana era utilizado con frecuencia en el prado derecho.

En la edición 44 de la Serie Nacional, cuya final concluyó a principios de abril con la coronación del equipo Santiago de Cuba, Casañas promedió 275 y fue uno de los cuatro principales jonroneros, con 19 palos de vuelta entera en 309 turnos.

A diferencia de Casañas, quien se encuentra en México en busca de regularizar su situación migratoria para entrar a las Mayores como agente libre, Macías arribó directamente a Estados Unidos y en la actualidad se encuentra en Miami.

La carrera del segunda base de los equipos de provincia Habana está bastante documentada. Uno de los mejores bateadores de todos los tiempos en las Series Nacionales, Macías conectó para más de 300 en 17 temporadas y se quedó a pocos hits de los 2.000.

Integró en varias ocasiones las escuadras nacionales, sobre todo la que asistió a la Olimpiada de 2002, y fue uno de los dos bateadores —el otro fue Omar Linares— en pegarle un hit al verdugo de Cuba en la final, Ben Sheets.

Si no hizo el grado a más torneos foráneos fue porque su carrera coincidió con la del santiaguero Antonio Pacheco y la del capitalino Juan Padilla, pero no hay duda de su inmenso talento.

En las últimas dos campañas, Macías no pudo jugar por permanecer marginado de su equipo. Tras un supuesto intento del estelar lanzador José Ibar de abandonar el país, el camarero también quedó proscrito del Habana y no le quedó otra opción que abandonar Cuba.

Material de segunda mano

Desde que el segunda base Yobal Dueñas y el pitcher Maels Rodríguez se marcharon de la Isla en octubre de 2003, más de 40 peloteros cubanos de diferentes niveles han seguido sus pasos, pero sólo seis de ellos han logrado contratos con organizaciones de Ligas Mayores.

Pero, igual que el caso de Dueñas, Casañas y Macías han llegado algo tarde para cumplir sus deseos de jugar en la Gran Carpa. No es imposible, pero el hecho de que ambos posean más de 30 años de edad les convierte en material de segunda mano para los scouts, tan dados en esgrimir la juventud como uno de los raseros más determinantes en la firma de un pelotero.

Desgraciadamente, muchos jugadores cubanos se deciden a dar el paso que cambiaría sus vidas una vez que se encuentran en el pico de sus carreras y, ya pasado este, las organizaciones necesitan tiempo para pulirlos.

Los casos de Orlando El Duque Hernández y José Ariel Contreras son diferentes. Ambos son lanzadores y, según reza un viejo refrán del béisbol, "mucho pitcheo nunca es suficiente". Pero con los jugadores de posición, la historia es diferente y mucho más complicada.

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