Hacía tiempo que el sur de Chicago no vivía tiempos así. En una ciudad donde toda la publicidad y el glamour van de manos de los Cachorros, los Medias Blancas eran vistos como los parientes pobres del equipo del Wrigley Field.

Pitcher 'El Duque' Hernández (centro).

Ya no más. Cuando la temporada se apresta a terminar su segundo mes, los patiblancos dominan cómodamente la División Central de la Liga Americana, al punto de empatar la mejor arrancada de su historia, y todos se preguntan si les alcanzará el combustible para convertirse en el equipo sorpresa de Grandes Ligas.

Sin grandes figuras de poder en la alineación, al menos hasta que se restablezca Frank Thomas, los Medias Blancas se han apoyado en el pitcheo para lograr la transformación. Hombres como Jon Garland, Mark Buerhle y el venezolano Freddy García han sido vitales en el éxito del equipo.

Pero en esta lista no se puede dejar fuera a los dos cubanos: Orlando El Duque Hernández y José Ariel Contreras. Hablar del talento de El Duque sería llover sobre la inundación. El ex industrialista está lanzando como si el tiempo no pasara por su brazo y, si no tuviera un percance de salud, podría encaminarse a un año de 15 o más victorias (5-2 hasta este momento).

Aunque su velocidad ha ido aminorando con el paso del tiempo, su inteligencia ha crecido en sentido diametralmente opuesto y hoy El Duque es cada vez más difícil de descifrar.

Cuando los Medias Blancas lo firmaron, no sólo lo hacían por su historial y coraje, sino porque sabían que podía ser el maestro ideal para Contreras, un lanzador que llegó con toda la fanfarria posible a Nueva York y que nunca se sintió cómodo vistiendo el uniforme a rayas de los Mulos de Manhattan.

El estilo más sosegado de Hernández sería el antídoto perfecto para la falta de aplomo de Contreras. Todo parece indicar que ese es el caso. A pesar de que su récord no es nada del otro mundo (1-1), tampoco refleja lo sucedido en sus aperturas.

El pinareño ha lanzado grandes juegos. Los ha dejado con ventaja o empatados y sólo el débil apoyo ofensivo de la alineación ha impedido que hoy exhiba mejores números que los actuales.

Complacido con el dúo de cubanos

Chicago es de esos equipos que no puede darse el lujo de esperar por los jonrones y juega al béisbol como en los viejos tiempos: con suma agresividad, aprovechando los errores del contrario, toques de bolas y bases robadas.

La poca producción ofensiva realza más la labor de los serpentineros, que no pueden dar mucho margen a la equivocación. Cuando regrese Thomas, uno de los más grandes sluggers de todos los tiempos, la historia podría ser bien diferente.

Los Medias Blancas consideran que bajo la guía de El Duque, Contreras evolucionará hasta afincarse a la altura del talento que los Yankees siempre esperaron de él, hasta que se cansaron.

El manager venezolano de los patiblancos, Ozzie Guillen, ha quedado más que complacido con su dúo de cubanos y estima que por primera vez en casi cinco años su equipo podría quebrar el dominio de los Mellizos de Minnesota en la división, o al menos pasar a la postemporada con el wild card.

Todavía es muy pronto para hacer pronósticos, pero todo parece indicar que el olvidado sector sur llevará la mejor parte de Chicago cuando octubre se haga presente.