www.cubaencuentro.com Lunes, 12 de mayo de 2003

 
   
 
A las puertas de mayo
Tras la primera ronda de Grandes Ligas, José Ariel Contreras recala en las Menores. Rafael Palmeiro, en cambio, comienza a saborear la gloria.
por ALBERTO ÁGUILA, Miami
 

El mes de abril se fue "en un dos por tres". Y con él la primera de las seis rondas correspondientes a la temporada de Grandes Ligas. No hubo muchas noticias impactantes —salvo el arribo de Sammy Sosa a 500 jonrones y el cero hit cero carreras propinado por Kevin Millwood—, quizás por los ruidos del conflicto de Irak y la victoria electrizante de las tropas aliadas.

Rafael Palmeiro
Rafael Palmeiro.

La arrancada no fue sensacional por parte de los jugadores, como sucedió en 2001. Ese año el cubanoamericano Luis González despachó 11 de vuelta completa nada más iniciarse el campeonato; y en los comienzos del show de 2002 dos jugadores pegaron 3 cuadrangulares en un juego. Tampoco ha habido resultados desproporcionados, de esos de 21 por 9 (como ocurrió en 2000). Colectivamente, los Yankees de New York "se robaron la arrancada" con una cadeneta de victorias y un impresionante pitcheo. La presencia de los Expos de Montreal en Puerto Rico fue como una clarinada respecto a lo que podría hacerse en un futuro con otros equipos y en otros países.

En lo concerniente a los peloteros de sangre cubana, Rafael Palmeiro ocupó los primeros planos porque está a un "tilín" de conseguir el medio millar de batazos de vuelta entera, capítulo reservado a los más grandes bateadores de todos los tiempos. Hubo también dos hechos dignos de seguimiento: el bateo inesperado con que arrancó Reynaldo Ordóñez —un virtuoso con el guante y un desastre con el bate—, que ha comenzado con average por encima o cercano a los 300, una buena cantidad de impulsadas y hasta dos bambinazos. La otra fue el desplazamiento obligado de José Ariel Contreras al campamento de novatos en La Florida: un paseo por Triple A antes de volver a las Mayores.

Los "sabihondos" quisieron que el niño fuera a la Universidad sin haber pasado por la secundaria. No por gusto existen sucursales para los recién llegados. Más allá de los conocimientos técnicos que traiga un jugador, adentrarse en la vida cotidiana de un país ajeno y adquirir un mínimo conocimiento de las costumbres y palabras que se utilizan dentro del juego de béisbol —en fracciones de segundos y siempre en inglés—, amerita un entrenamiento previo. Ya había pasado lo mismo con Andy Morales, que casualmente también tuvo destaque en la exhibición contra los Orioles de Baltimore (aunque no creo que al moreno pinareño le ocurra lo que al tercera base del Habana, que se evaporó del béisbol. No hay información alguna de su paradero).

Mayo, presuroso, ya está a la puerta. El denominado mes de las flores, de los aguaceros y turbonadas —el de la explosión de los bateadores, que ya están en óptimas condiciones para emprenderla contra los pitchers—, despliega sus 31 días, que le permitirán a Palmeiro saborear la gloria. Esa que también paladeará el tirador Roger Clemens, listo para conseguir las 300 victorias en su muy fructífera carrera.

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