En más de una ocasión nos hemos referido a la debilidad colectiva del pitcheo cubano actual, aprisionado probablemente en un callejón sin salida. Por un lado, está la pelota Mizuno 150, que no posee las normas internacionales apropiadas, y por otro, el uso de bates de madera sin marcas reconocidas y sin calidad en su confección.
El matrimonio Mizuno-bate ha parido una ofensiva desmesurada durante los tres últimos años y amenaza con establecer nuevas marcas en la temporada actual de la Serie Nacional. Los promedios individuales no surgen por si solos, forman parte de las estadísticas colectivas de cada campeonato.
Cifras alcanzadas en bateo y pitcheo en Series Nacionales (tomadas de las Guías de Béisbol elaboradas por el INDER) y en Grandes Ligas.
Torneo |
C. L. Permitidas |
Bateo contra pitchers |
Jonrones |
2002 |
4,59 |
293 |
1.115 |
2000 |
2,78 |
256 |
285 |
1971 |
2,55 |
224 |
? |
1998 (aluminio) |
3,90 |
287 |
730 |
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2002 (Triple A) |
4,01 |
261 |
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2002 (Grandes Ligas) |
4,21 |
260 |
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Los elevados porcentajes ofensivos y de pitcheo ocurridos en 2002 fueron más altos en 2003 y 2001. Se ha tomado como punto de comparación la lid de 1971, pero pudo ser cualquiera de las 15 desarrolladas con bate de madera entre 1962 y 1976. Asimismo, también se ha utilizado la justa de
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Pelotero veterano Agustín Marquetti. |
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1998, porque en ella se bateó con aluminio, productor de "números de ensueño", pero los promedios fueron mucho menores que en los tres últimos años, donde campean por su respeto los elementos nocivos antes señalados.
Las muestras de los torneos de Triple A y de la Liga Nacional del béisbol norteamericano son puntos de referencia que se comportan de forma parecida en el mundo entero, menos en la Isla. En la lid de 2002, actuaron en Cuba 160 lanzadores. Solamente 24 de ellos escaparon de la "nueva furia" con promedios de carreras limpias permitidas entre 1,76 y 3,83. Los 136 restantes recibieron batazos de todos los tamaños y toleraron entre 4,00 y 6,50 carreras limpias por cada nueve entradas. En la Liga Nacional, ya mencionada, 61 de 160 trabajaron entre 1,20 y 3,90. Los 99 restantes aceptaron más de 4 y hasta 6,50.
La Guía de Béisbol del INDER de 2002 muestra que la mayoría de los 102 relevistas cubanos terminaron con numeritos desastrosos.
Equipo |
Hits Permitidos |
Boletos |
Pitchers |
Juegos |
Innings |
Boletos |
Granma |
74 |
19 |
O. Martínez |
36 |
52 |
19 |
Guantánamo |
28 |
28 |
A. Digurnay |
75 |
88 |
28 |
Cienfuegos |
100 |
32 |
I. Abreu |
31 |
79 |
32 |
Guantánamo |
101 |
23 |
Diulvis Sayú |
25 |
57 |
23 |
Santiago de Cuba |
110 |
46 |
Elizardo Guilar |
15 |
97 |
46 |
Matanzas |
81 |
16 |
C. de La Torre |
20 |
55 |
16 |
Entre 1962 y 1977 transitó por las Series Nacionales la flor y nata del bateo y nadie pudo elevar los guarismos a cifras ilógicas. Entre los grandes de la estaca de esa época se recuerda a Miguel Cuevas, Wilfredo Sánchez, Agustín Marquetti, Armando Capiró, Antonio Muñoz, Urbano González, Pedro Chávez, Julién Villar, Rigoberto Rosique, Elpidio Mancebo y Felipe Sarduy, entre otros. Ninguno de ellos pudo batear más de 340 de promedio en sus brillantes carreras. ¿Acaso "el hombre nuevo" del béisbol cubano ha surgido de la noche a la mañana? |