Una nota directa dirigida al presidente de Brasil.

El alcalde socialista de París envió un mensaje leído por el vicealcalde. "Nuestra posición es muy clara: decimos no a un régimen que pisotea los derechos humanos". Cristina, la hija de Raúl Rivero, llegada ese mismo día desde Miami, leyó unas páginas conmovedoras en homenaje a su padre.

La actriz Sophie Marceau interpretó un poema de Rivero. Laure Adler, directora de France Culture, leyó una carta de Fernando Arrabal dirigida "al dictador Castro, encarcelador del pueblo cubano".

Y, para terminar, Catherine Deneuve, la sublime intérprete de Luis Buñuel, Jacques Demy, Roman Polanski y tantos otros, hizo venir las lágrimas a los ojos enumerando, uno por uno, los nombres de las esposas de los 75 prisioneros políticos condenados a 18, 20, 28 años de prisión.

Si sobre la escena artistas, intelectuales y personalidades políticas transmitían uno tras otro el mismo pensamiento: ¡Cuba sí, Castro no!, en la sala, cubanos y franceses mantuvieron una actitud admirable de respeto y dignidad. De vez en cuando un grito aislado: ¡"Libertad para Raúl Rivero, Viva Cuba Libre"! recordaba el sufrimiento de aquellos que, fuera de la Isla, no dejan de pensar, día a día, la patria lejana.

¿Punto final en perspectiva para el régimen de Castro? ¡Simbólicamente sí! Vivimos en Francia los "años Mitterrand", cuando un presidente socialista y su esposa —admiradores fervientes del líder— decían en toda ocasión: ¡Sí, Fidel!

Que el secretario general del Partido Socialista, el señor François Holland, haya denunciado la dictadura de Castro; que Laurent Fabius, cercano de Mitterrand en una época, haya estado presente con los cubanos del exilio frente a la embajada de París; que el alcalde socialista diga "no" a Castro es un triunfo político y humano para todos aquellos que luchan, desde hace años, contra el totalitarismo castrista. Otro "signo" importante: el periódico L'Humanité, órgano oficial del Partido Comunista francés, dedicó toda una página a recordar los juicios innobles de la época de Stalin. Mensaje también claro y directo.

Y no olvidemos que Jorge Semprún, escritor emérito, ex ministro de Cultura en España, sirvió de "presentador" del acto y recordó que los dictadores mueren y que los países, ayer avasallados, regresaban un día u otro a la libertad.

Robert Menard, secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), a quien tanto debemos todos los cubanos democráticos, anunció que "la lucha continúa". RSF ha realizado un clip que pasará en más de 300 cines para advertir al turista "desorientado" que en Cuba, isla de todos los placeres, la opresión reina y que, detrás de la salsa, se halla la sangre de miles y miles de cubanos.

No es un sueño. Fue una realidad palpable. En la noche del 29 de septiembre de 2003 cientos de personas tuvieron la impresión, muy fuerte, que el régimen castrista se acerca al final de su trayecto. Y como dijera Benjamín Stora, escritor y cineasta de origen argelino: "La historia no te absolverá, Fidel".