Réquiem por los muertos
En reconocimiento al rosario de monstruosidades sufridas por quienes han hecho resistencia al Innombrable, a partir del 6 de julio de 2004 y durante cinco días, los "exiliados rendirán homenaje en Madrid a las 10.000 víctimas del castrismo". El objetivo de esta jornada es recordar a "más de (los) 10.000 fusilados y otras víctimas mortales durante el régimen de Fidel Castro". "Este (la misa) no será un acto político, es un acto religioso de respeto por los que de una forma u otra han muerto por la represión castrista en los últimos 45 años", advierten los organizadores.
El evento me parece loable —si no lo hacemos nosotros, ¿quién recordará a nuestros muertos?— y me contaría entre los participantes, de no mediar un océano entre la capital de España y Nueva Jersey. Pero me asalta una duda de rigor: ¿suman en realidad 10.000 las muertes provocadas por este socialismo caribeño y pachanguero?
Las muertes de los internacionalistas (forzados o voluntarios) y los balseros (por motivos "económicos" o políticos), ¿no son también responsabilidad directa del castrismo?
Sí. Internacionalistas y balseros van de la mano; se acoplan en el coro impostergable de los difuntos: forman parte del extenso listado de víctimas del totalitarismo cubano. ¿A quién si no achacamos sus muertes? ¿A Jonas Savimbi, la Contra, las traicioneras resacas del Caribe, los temibles y hambrientos jaquetones de ley? ¿Quién obligó a esta gente a pelear una guerra ajena en Angola, a morir emboscados en Nicaragua, a perderse sin Alfonsina en el mar, a ser banquete (ya no de tiranos) de tiburones?
Pienso que el mérito del presidio político cubano es inmenso e indiscutible. Pero —hay que decirlo— no han sido los presos políticos las únicas víctimas (mortales) del castrismo. No importa de qué lado de la balanza nos encontremos: hay que admitir que quienes murieron producto de polineuritis en la Isla, deshidratación en el Golfo, "marejadas peligrosas para embarcaciones menores", balas de la UNITA o la Contra, "enfermedades tropicales" contraídas en "misiones internacionalistas"… toda esta gente que jamás pudo votar para labrarse un futuro revocable, toda esta gente también murió "de una forma u otra" como consecuencia de la represión castrista.
Si se ha de organizar un acto para honrar a los presos políticos que perdieron la vida producto de la represión, es justo que se especifique que el recordatorio es para las víctimas de esta naturaleza. Pero si en el enunciado del evento se habla del costo humano en su totalidad, en otras palabras, de "las víctimas mortales del castrismo", sería recomendable en dicho tributo incluir a todas las víctimas del régimen: los internacionalistas, los muertos de hambre, los tripulantes de la Balsa de la Medusa… |