La mar de banderitas en la plaza. Un líder y una palabra. Única, absoluta. El océano humano aclama consignas de registro unánime: una imagen perfecta, si desde el punto de vista histriónico se analizara.

General Franco, durante un 'baño de multitudes'.

La voz del anciano dirigente, tenue pero aún amenazadora, se deja escuchar en los altavoces.

- ¡El enemigo nos quiere destruir! ¡No vamos a consentirlo!...

Unas horas antes, el jefe de la fábrica cita a los obreros para el acto de la plaza. Cierta duda, tímida pero latente, se percibe entre el futuro auditorio del jefe de Estado. Sin embargo, para los dudosos, la alerta nace diligente:

- O vas o no trabajas más aquí.

El más rebelde de todos le inquiere atónito:

- ¿Pero desde cuándo tú eres defensor del régimen?

Él, haciéndole bajar el tono de voz con gestos de urgencia, abre los ojos y replica:

- ¿Qué dices? ¡Hay que mantener el estatus! Las cosas andan muy mal en este país, o apoyamos ahora, o se va todo a la mierda, nosotros incluidos.

Autobuses de todos los puntos acuden al acto. La mar. La mar de banderas y un líder hablando, discursando sin cesar, inculpando al enemigo de enfrente, afirmando que "nunca cambiará nada".

- ¡Dividirnos, eso es lo que quieren! ¡Un país dividido es un país vencido!...

Si no fuera porque se ha visto en televisión recientemente, cualquiera supondría que la imagen narrada se corresponde con una de las tribunas abiertas de la Cuba castrista, o de algún acto contra el "imperialismo", a propósito de un ene aniversario. Pero no. Es la España del general Francisco Franco, en el año 1970.

La popular serie de Televisión Española Cuéntame cómo pasó recreó recientemente ese episodio, combinando la ficción de sus personajes habituales con documentos fílmicos correspondientes a la época. Ver para creer.