www.cubaencuentro.com Viernes, 03 de septiembre de 2004

 
   
 
La Habana: Oración por la libertad y la justicia
¿'Gestos humanitarios' o libertad definitiva? ¿Qué pasará con el resto de los presos políticos enfermos?
por MIRIAM LEIVA
 

Llegamos vestidas de blanco a la Iglesia de Santa Rita de Casia hace 16 meses. Somos madres, esposas e hijas: las voces de 75 prisioneros de conciencia apresados durante la asonada represiva de la primavera de 2003. La situación de estos opositores encarcelados no ha cambiado, sino que empeora.

Damas de blanco
Damas de Blanco. Misa en Santa Rita.

Seguimos amenazadas por la policía política, que custodia dentro del sagrado recinto, y en los parques adyacentes vela nuestros pasos cuando caminamos en silencio varias cuadras por la Quinta Avenida de Miramar. Somos mujeres indefensas, con voluntad de diamante; unidas por el dolor y la injusticia. No tenemos movimiento u organización estructurada, ni voceros. Somos todas voces.

Muchas vienen de provincias lejanas. Algunos domingos hay más concurrencia; en dependencia de las muy espaciadas visitas a las prisiones, o de si hay que atender problemas o a familiares enfermos.

El pasado domingo 8 de agosto, tuvimos incluso la compañía de Manuel Vázquez Portal. Conversamos preocupados a la salida de la iglesia. Margarito Broche está hospitalizado debido a un infarto. Otros fueron llevados a la cárcel con la salud muy deteriorada. Pero hasta los más jóvenes y saludables ya se resienten seriamente.

Tan pronto se escucha que Jorge Olivera tiene padecimientos añadidos a aquellos con los que entró en la Prisión Provincial de Guantánamo, como que Ricardo González Alfonso, en la cárcel de Camagüey, padece hepatitis. Oscar Espinosa Chepe presenta nuevos síntomas que pudieran derivar de sus dolencias antiguas, como la cirrosis hepática, resurgimiento de pólipos en el colón y una fuerte gripe.

Normando Hernández junto a tres compañeros en Kilo 5 1/2, y Oscar Elías Biscet en Kilo 8, provincia de Pinar del Río, no salen de celdas de castigo desde hace meses. Iván Hernández Carrillo, en Holguín, ha realizado varias huelgas de hambre y ahora mismo su situación es muy precaria. Héctor Palacios continúa en el hospital. Ángel Moya requiere atención médica adecuada. Muchos ejemplos más podríamos citar.

Raúl Rivero crea versos de amor, pero seguramente escribe en su mente centenares de poemas que plasmará en los días de libertad… sin censura, sin amenazas. El Gordo ya no lo es y sus pulmones van de mal en peor.

Han sido más que suficientes el ensañamiento, la crueldad y las arbitrariedades. De los 75 prisioneros, siete liberados por problemas de salud sólo impresionan al mismo gobierno que los envía a sus familiares para que "carguen con los muertos", o logren salvarlos porque les ha quedado tiempo.

Pero, ¿habrá tiempo suficiente para aquellos a quienes hoy se les mina la salud, y cuyos sistemas inmunológico y psíquico se deterioran? El stress puede destruir la mente, producir cáncer, causar infartos; en fin, llevar a una muerte lenta y dolorosa, o quizás súbita. Son comunes en las prisiones de la Isla las pésimas condiciones higiénicas, alimentarias, de hacinamiento, así como la falta de agua, luz, sol, aire, asistencia médica adecuada y medicamentos.

Amigos y gobiernos tienen esperanzas en los "gestos humanitarios" por parte de las autoridades de Cuba. Libertad definitiva, justicia, es lo que demandamos con urgencia. Dentro de poco será demasiado tarde para muchos.

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