www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
  Parte 2/2
 
'Seremos como el Che': ¿Asmáticos?
Se estrena en Estados Unidos el filme 'Diarios de motocicleta'.
por RAFAEL E. SAUMELL, Texas
 

Celia murió en 1974 a causa de la diabetes y del corazón, cuando apenas había cumplido 53 años. Ya no creía en nada, políticamente hablando. Castro y el Che habían traído a Cuba un régimen de escuelas, hospitales y torneos deportivos, sólo apto para aquellos que repiten, lealmente, la voz del amo. A veces Celia recordaba su juventud pre-revolucionaria cantando un tango bien nostálgico: "Mi Buenos Aires querido, cuándo yo te volveré a ver…". En ocasiones, y quejándose de su mala suerte, interpretaba una canción cuya letra dice en parte: "el día en que yo nací, qué planeta reinaría".

A pesar de todo lo anterior, sigo pensando en que debemos mejorar el mundo y actuar como lo hizo Celia antes y después de 1959. Por eso sueño con el retorno a su Buenos Aires. Al mismo tiempo, me empecino en combatir el fatalismo de los signos del zodíaco y de la política tremebunda, aunque sus anunciantes sean el astrólogo Walter Mercado o el futurólogo Fidel Castro.

Reconozco que mis empresas son utópicas, hermosas y por naturaleza casi inútiles. La astrología y los revolucionarios tienen más seguidores que Celia y su sobrino. Castro es hoy más popular en Argentina y California que en La Habana afectada por la falta de viviendas, agua y electricidad. Por eso hoy llevo 16 años de exilio, sumados a casi cinco de anterior experiencia carcelaria. ¡Más de dos décadas!

Aunque parezca una exageración, hay miles de miles que pueden contar cifras pavorosamente superiores por cárcel, por destierro o incluyendo ambas. El primero de enero de 2005, Castro habrá gobernado Cuba por 46 años —con el Che a cuestas— para atraer a millones de incautos. Claro, la actual persistencia de muchos males políticos y económicos en varias regiones del mundo continúa estimulando a jóvenes y políticos de hoy a seguir los pasos del Che mítico. Ven en la Cuba de los discursos y de las estadísticas de Castro, una alternativa viable para acabar, según ellos, con los problemas que los agobian. Nadie aprende por cabeza ajena. Hay gentes, incluso de buena fe, todavía enamoradas de los regímenes personalistas. Sin desearlo, se afanan por agregarles a sus países más dificultades que las ya acumuladas en el presente.

Un Che inconcebible hoy en Cuba

Por estas y otras razones, no tengo ningún apuro en formar parte de los espectadores de la película The Motorcycle Diaries. Ese joven Che, viajero por voluntad y curiosidad propias, es una estampa de celuloide concebida para los fanáticos de un sistema, cuyo mayor éxito radica en contar con el respaldo y el dinero de personas que jamás lo han padecido en carne propia.

Para matizar mi posición "reaccionaria" ante el Che, repetiré un antiguo lema de los eurocomunistas del siglo XX. Refleja una de mis convicciones: "dictaduras, ni la del proletariado". Deben saber los ingenuos y reconocer los ciegos voluntarios de la izquierda antidemocrática, que el Che escritor de diarios y viajero en motocicleta es inconcebible no en la Argentina, sino en Cuba.

Allí el régimen se reserva el derecho a permitir o no que sus ciudadanos compren un auto o una motocicleta; decide quién puede salir y regresar al territorio nacional. ¿Qué habría sido del joven Ernesto Guevara de la Serna si, en la Argentina de su tiempo, las leyes en vigor le hubieran negado esos derechos humanos y elementales como les sucede a los cubanos? Ni motocicleta ni pasaporte habría tenido. Por consiguiente, nunca habría podido ir al extranjero, a menos que se hubiera lanzado al mar y convertido en un balsero exitoso.

Quizás habría escrito un diario de navegación carente de interés para los amantes del turismo políticamente perverso.

* Para Ray Rentería y David R. Gerling, para amigos y adversarios.

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