Presentación
Estamos frente a la Carta de Derechos y Deberes Fundamentales de los Cubanos: un proyecto, ya hecho realidad, impulsado por una coalición de organizaciones y ciudadanos de dentro y fuera de Cuba que, como su nombre lo indica, recoge los fundamentales derechos y deberes que deben tener todos los cubanos sin exclusiones ni discriminaciones de ninguna índole.
Es este un texto de derechos, también de deberes, concebido por cubanos y para cubanos como hombres y mujeres universales. La Carta Internacional de Derechos Humanos y otros instrumentos regionales sobre la materia están en la base de esta Carta.
Ella se nutre, además, de Cuba: sus condiciones concretas, su cultura, sus aspiraciones, sus inquietudes y su historia. Porque para nosotros es imprescindible e inaplazable fomentar una convivencia pacífica en una atmósfera de valores universalmente compartidos y con el tono específico de lo que somos y queremos ser
Pero esta Carta surge fundamentalmente de la participación ciudadana. Miles de hombres y mujeres, de todas las profesiones, opciones y preferencias, aportaron sus opiniones e ideas para perfilar un código de derechos como suelo de una convivencia, además de pacífica, diversa, plural y capaz de asumir las diferencias. Una contribución singular e inusual en la historia de Cuba.
La Carta nos acerca más, de este modo, a lo que es impostergable para hacer de Cuba una sociedad de valores imperecederos: el fomento de una cultura de derechos y la asimilación de una cultura de paz a la que pueden y deben contribuir todos los cubanos.
Y empezar por la tolerancia y culminar por el respeto hacia los "otros" son los dos primeros actos de una gestación moral positiva que puede encontrar en esta Carta su justificación, su modelo y su reto. Por eso adelantamos esta otra idea: la de instituir el 16 de septiembre, cuando se da a conocer esta Carta, como "Día del Respeto a la Diferencia". Celebrar simbólicamente esa fecha, nos coloca frente a los demás de la manera más positiva que podemos hacerlo: respetándolos. Nos indica, también, la existencia de un camino a recorrer más que la de un camino recorrido.
Sólo así, si vamos recorriendo con éxito el camino, podrá servir esta Carta para algo más: para fundar un diálogo sobre derechos humanos que toque a los ciudadanos, la sociedad, las instituciones y al Estado. Porque el diálogo es el vehículo principal para que los derechos lleguen a nuestros hogares, nuestros espacios de vínculo social, nuestras comunidades, nuestras leyes e instituciones. Punto de partida y puntos de llegada que permitirán que nuestro tiempo, que es el tiempo de los derechos, sea la dimensión común de todos los cubanos.
Coalición Pro Derechos y Deberes
Carta de Derechos y Deberes Fundamentales de los Cubanos
Preámbulo
Considerando como fundamento y objetivo primordial de la comunidad humana la libertad, la integridad, la igualdad y la dignidad de todos los seres humanos,
Reconociendo que los derechos humanos dimanan de la propia condición natural de la persona y son anteriores a poderes o intereses ideológicos, políticos y económicos,
Considerando que los derechos y deberes de la persona humana están vinculados a los derechos y deberes colectivos de la mayoría y de las minorías, y que su respeto beneficia tanto a la sociedad como al individuo,
Considerando la estrecha relación entre derechos y deberes, y la universalidad e indivisibilidad de los derechos de la persona humana,
Reconociendo que el respeto a los derechos y deberes de la persona humana está íntimamente vinculado al ideario de los fundadores de la cultura y la nación cubanas,
Atendiendo a que el Estado tiene responsabilidades para con los derechos y los deberes de la persona humana, y considerando que ésta las tiene, del mismo modo, para con la comunidad y sus semejantes,
Partiendo de que el pueblo cubano, como unidad histórica, cultural y política, tiene derecho a establecer libremente su condición política y a encauzar su desarrollo económico, social y cultural, en base al ejercicio pleno de la soberanía popular y a través de instituciones democráticas pluralistas; así como a disfrutar, en su condición de fuente suprema de la soberanía nacional, de su independencia y libre determinación:
Reconocemos que toda persona nacida en la república de Cuba, descendiente de cubano, o que de acuerdo a las leyes vigentes haya adoptado la ciudadanía cubana, tiene todos los derechos y deberes reconocidos en esta Carta, independientemente de su raza, color de la piel, sexo, religión, tendencia ideológica, posición política, preferencia sexual o cualquier otra distinción de la diversidad humana. |