Bush ha estado concentrado en la "guerra global contra el terrorismo", particularmente en el Medio Oriente, y las referencias a la situación de los derechos humanos en Cuba han sido escasas a lo largo de su mandato. Recientemente ordenó la creación de una comisión para acelerar el proceso hacia una transición democrática, cuyos resultados serían dados a conocer en mayo. ¿Cree usted que hay posibilidades reales de una mayor atención a la situación en Cuba por parte de esta administración?

Después de tres años ya tenemos un factor de experiencia. Recuerdo lo que dijo el candidato Bush, que iba a implementar la Helms-Burton, que esos que huyen de la tiranía iban a ser bienvenidos en este país, que iba a internacionalizar el esfuerzo contra Fidel Castro, y nada ha pasado. Al contrario, en mi opinión ha sido tan malo como Clinton en esta política y, en realidad, ha sido peor, porque las esperanzas eran tantas y la acción ha sido muy débil. Imagínate el insulto a una comunidad, de crear una comisión después de ya tener tres años en el poder, para estudiar lo que vamos a hacer con Cuba. ¿Pero dónde estaban hace tres años? No hace falta después de tres años crear una comisión para lo que se sabe que se tiene que hacer, que es simplemente cumplir con la ley existente.

Menéndez, en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra.

Usted es patrocinador de un proyecto de ley para castigar con impuestos de hasta el ciento por ciento a compañías estadounidenses que suscriban el llamado memorando cubano, que las compromete a cabildear contra el embargo en el Congreso a cambio de afianzar sus negocios con la Isla. ¿Cómo marcha esa propuesta en el Congreso?

Usted sabe de las dificultades de las minorías. Uno puede ofrecer sus ideas y su legislación, pero tiene que conseguir la aceptación de la mayoría para poder tener las audiencias necesarias en el Congreso. La administración se pudiera unir a nosotros fácilmente y decir que no vamos a aceptar que una compañía norteamericana, como parte de su contrato con el régimen castrista, vaya a tener como una condición hacer política en contra de la política de Estados Unidos. (Una sanción contra esto) podría ser una regulación que pudiera promulgar la administración y no lo ha hecho, no se ha unido a nuestra legislación. Esperamos que lo hagan porque creo que es ser vendepatria, si por vender un producto, aceptas que vas a hacer política contra tu propio gobierno. Si alguien no está de acuerdo con nuestra política, tiene todo el derecho de tratar de cambiarla, pero que eso sea parte de la obligación de una compañía, es moralmente inaceptable.

¿Qué estrategias bipartidistas usted cree que pudieran concertarse para una acción más coherente en el Congreso con respecto a Cuba? ¿Cuál es la relación establecida entre usted y los tres restantes congresistas cubanoamericanos?

Estamos trabajando para educar a nuestros colegas, tenemos nuevas personas en el Congreso, nos hemos unido con nuestros colegas de la Florida, Lincoln y Mario Díaz Balart, Ileana Ros-Lethinen, y otros, para tratar de cambiar la actitud en ambos partidos (hacia el embargo), porque ya no es una cosa de un partido u otro. Esos temas vienen al pleno porque los republicanos lo permiten. Ellos tienen el poder mayoritario, saben cómo no permitir que algo llegue al pleno, porque cuando no quieren, algunos de los temas demócratas no llegan al pleno.

Sucede asimismo que muchos legisladores republicanos que vienen de lugares conservadores, pero que son a la vez estados agricultores, quieren venderle a Cuba de cualquier forma, no les importa la democracia, ni la dictadura. Y en ese punto tenemos que educar a ambos partidos y esperamos poder tener éxito para enviar un mensaje firme, diferente al que se ha estado enviando últimamente.

Si mañana pudiera visitar una Cuba democrática, ¿adónde iría?

Lo más cerca que he estado de Cuba es en la base naval de Guantánamo, aunque como es una base norteamericana no la considero completamente cubana, y para mí siempre ha sido parte de mi sueño estar en la raíz de mi historia y conocer la sociedad por la cual estoy luchando.

Se entiende que esos que nacieron en Cuba y han estado en Cuba luchen en el Congreso, pero algunas veces hay quienes tienen dificultad de comprender cómo es que Menéndez está luchando por lo que nunca conoció, pero es por mis padres, por la Cuba democrática y la Cuba que en el futuro pudiera ser democrática.

Obviamente quisiera ir a La Habana porque quiero conocer donde mis padres nacieron, donde se criaron, donde se criaron mis hermanos, pero también quisiera ir a otras partes, a Fomento, pues conozco tantos fomenteños que están aquí en la zona que yo represento (Nueva Jersey), quisiera conocer Varadero, la zona tabacalera de Cuba… Me gusta fumar el tabaco, pero rechazo fumar el tabaco cubano hasta que no lo hagan manos libres. Quisiera ir de un punto al otro de la Isla y espero que eso pase más pronto de lo que esperamos.