www.cubaencuentro.com Viernes, 04 de abril de 2003

 
  Parte 1/4
 
Carta a 'El Médico Chino'
por RAMóN FERNáNDEZ LARREA, Barcelona
 

Kunfúsico, sobador e infalible Chang Bu Bian, alias Damián Morales, alias "El Médico Chino":

No sé qué carrera es más larga, si la de chino o la de médico. Pero ambas llevan una dedicación y una palidez tremenda. Mi padre quería que yo estudiara alguna de las dos, pero a mí lo asiático se me daba muy mal, y lo otro peor. De tu país tenía la leve impresión de que la gente era como aquellas figuritas de porcelana, de las que un entusiasta de tu cultura abarrotó la Isla, allá, muy al principio del accidente; de manera que, entre barrotes, estuvimos almorzando emperadores, budas y alegres campesinos arroceros hasta muy entrada la década. Luego conocí la poesía, los cometas, los dragones, el deporte masivo de despachurrar gorriones, el monasterio de Chaolín, los parasoles y a Bruce Lee, que no era precisamente lo que se llama un chino manila, pero algo tenía que ver con Pérez Prado a nivel de alaridos.

La poesía china me impresionó. Tenía tantos dibujitos raros, que me costaba trabajo entenderla. Ahí fui comprendiendo el valor de la imagen, porque si cambiabas uno de los palitos para el otro lao, cambiaba todo el sentido. Después la leí traducida y me gustó. Y agradezco su brevedad. Si fuera un poema largo, con ese sonido que tiene el idioma, que a uno le parece que la lavadora se está haciendo pedazos, se llegaría a la locura. Los dragones también me gustaron mucho. Comprendí de dónde había salido la idea genial del que inventó las fosforeras. Sólo que al principio los fumadores la pasaban muy mal cargando un animal de esos en los bolsillos. Y qué voy a contarte yo de lo importante y hermoso que es un parasol, que en español se llama sombrilla o paragua, aunque los paragüeros son otros. Parece que son lo mismo y hasta se abren igual cuando uno despeja la incógnita de cómo hacerlo. Para sol, el de Varadero, y a mí eso se me fue opacando en la memoria. Si algo realmente atmosférico ha hecho el gobierno por deschinizar la Isla es lo de poner un eclipse para los nacionales, y el sol de Varadero como que lo encienden sólo para visitantes.

Sé que me fui del tema, y comencé a chapoletear por extensos campos de arroz en lontananza. Yo nunca he probado el arroz en lontananza. Sólo he llegado al arroz frito, que en otras partes se conoce como arroz Tres Delicias, que al principio pensé era un bolón de cereal al que le vaciaban tres pomos de mayonesa de sopetón, por el nombre que le pusieron a la carbónica señora de la etiqueta de aquel producto en Cuba. Ya lo otro gastronómico así que conozco es el chopsuey, que es una cosa que ponen por las noches en Tropicana para los mismos que regresan de Varadero cuando se les acaba el sol allá. Y lo más cómico es que pueden entrar como mismo fueron a la playa, en chop y pulóver, sin que el portero pare el balón. Por cierto, allí mismo escuché una vez, cuando todavía el cabaré estaba en la Isla, un poema chino que me dejó erizado de por vida. Era un haikú (Hay quien dice que los haikúses son japoneses. Bah, un japonés es un chino con más moño, y rodeado de mar. No olvidar que, aunque parecen dos culturas con diferentes formas de coacción al arroz, tienen unos vínculos secretos y estrechos: los chinos inventaron el ping pong y los otros el sake, que es lo más importante del juego. Un ping pong sin un buen sake es una bazofia. Luego los americanos le agregaron el remake, pero eso es otro punto en la net). Decía que era un haikú, y claro, lo repetían hasta el cansancio, como un bálsamo. Esto es importante, porque cuando la gente se cansa irremediablemente, agarra una bálsamo y se píramo para la yúmama. El haikai —que también se le dice así aunque suene a moto japonesa— decía: "Déjate de atrevimiento/ mulata/ repétame", o algo así. Claro que no recuerdo con exactitud la letra, porque tiene un concepto tan profundo que hay que usar careta y snórkel para tocar fondo. Pero mira con qué brevedad se puede decir todo un mundo de cosas que retratan nuestra cultura. Ahí, en esos tres versículos están dados género, sexo, sentido de la autoridad, relación familiar o parentesco, condición social, falta de eses y raza.

1. Inicio
2. Y ahora voy...
3. Vamos al comienzo...
4. Entonces...
   
 
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