www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
  Parte 2/2
 
La era Chevrolet
Según los últimos sucesos, cobra fuerza la vieja teoría de que la revolución cubana formó parte de una campaña publicitaria de la marca de automóviles en los años cincuenta.
por ENRISCO, Nueva Jersey
 

Otra muestra de la insobornable originalidad de nuestro gran líder fue el cambio que hizo en el tema número 2 ("el enemigo"). Esta vez el Comandante dejó descansar a Estados Unidos para dedicarse a la Unión Europea. En realidad, no abandonó del todo a Estados Unidos, porque definió científicamente a la Unión Europea como lamebotas de los norteamericanos, al igual que antes hizo con casi todos los países latinoamericanos. Los expertos aseguran que, a este paso, en cuestión de dos semanas el Comandante tendrá que empezar a buscar sus enemigos en otros sitios del sistema solar y que Estados Unidos no dará abasto en la producción de botas sucias para que sean posteriormente lamidas. En otro momento del discurso, el Comandante siguió dando guerra con las matemáticas. Explicó cómo el año anterior Cuba compró mercancías a la Unión Europea por valor de 1.500 millones de dólares, mientras la UE compró a Cuba mercancías por sólo 500 millones. Así el Comandante, con lógica elemental, aunque no por eso menos brillante, determinó que en realidad Cuba es la que ayuda a la Unión Europea. Ante esta afirmación los lectores tienen dos opciones: o creerme o ir a comprobarlo leyendo el discurso del Comandante. Como quieran.

Pero al margen del discurso, de mucho interés resultó la representación de la toma del asalto al cuartel Moncada por los pioneros, presenciada, entre otros, por veteranos del primero de los 43 asaltos simbólicos anteriores, ya cercanos a la edad de retiro. Fue emocionante ver una vez más a los pioneros-disfrazados-de-soldados ser sorprendidos por un combativo grupo de pioneros-disfrazados-de-asaltantes-disfrazados-de-soldados. Quizás alguien esperaba que de los viejos Chevrolet de la caravana asaltante, en lugar de los pioneros, esta vez emergieran combativos los miembros de Buenavista Social Club, aprovechando el cercano parecido —en físico y en edad— entre Ibrahim Ferrer, cantante del afamado grupo musical, y Juan Almeida (compositor en su tiempo libre, a quien la cultura cubana le estará eternamente agradecida por su casi total entrega a las tareas revolucionarias). Si esto no ocurrió, puede deberse en buena medida a la preocupación de Ibrahim Ferrer de que luego Almeida lo quisiera sustituir en las giras internacionales con el grupo.

Por otra parte, ante la presencia de un acto tan emotivo que contó con la asistencia de los veteranos combatientes del asalto al cuartel, los observadores extranjeros se preguntaban cómo habían podido conservarse en tan buenas condiciones y con el ímpetu original (pese a las dificultades sufridas durante medio siglo) los viejos Chevrolet utilizados en este nuevo asalto simbólico. Y es que la semana anterior pudo haberse declarado la Semana Cubana del Chevrolet. Apenas días antes había sido interceptado, a escasas millas de la Florida, un camión Chevrolet que navegaba tranquilamente por las aguas del Estrecho con 12 personas a bordo. Los tripulantes le habían acoplado una hélice a la barra de transmisión y habían adosado al camión tanques metálicos para hacerlo navegable. Los guardacostas que lo interceptaron no salían de su asombro ante la inventiva de aquellos cubanos para escapar de Cuba, ciertamente notable, aunque bastante inferior a la inventiva necesaria para permanecer en la Isla. De hecho, los "camionautas" —como ahora se les conoce internacionalmente—, una vez devueltos a Cuba, fueron a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para solicitar visa.

De acuerdo a la información de El Nuevo Herald, para ir a la Oficina de Intereses los "camionautas consiguieron otro camión Chevrolet, porque tienen mucha fe en la Chevrolet. Creen que la Chevrolet les va a dar suerte". Ante los últimos acontecimientos ha retomado fuerza una vieja teoría histórica, según la cual lo que conocemos como revolución cubana o castrismo (como quieran llamarle) se trata en realidad de una cuidadosa y previsora campaña publicitaria concebida por la Chevrolet en los años cincuenta para demostrar la durabilidad de sus productos. En tal caso, en lugar de llamarle revolución cubana o castrismo, al último medio siglo cubano valdría más llamarle "la era Chevrolet". Esto aclararía muchas cosas, pero no es la única explicación plausible. Hay quien piensa, por el contrario, que el actual régimen cubano es el resultado de un perverso plan de la Unión Europea (aviesamente instigado por las autoridades españolas), encaminado a conseguir que los cubanos terminen sintiendo nostalgia por Weyler.

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