www.cubaencuentro.com Martes, 20 de abril de 2004

 
  Parte 1/3
 
Enrisco for President
Por una Cuba de carnívoros y vegetarianos, anexionistas e internacionalistas, ecologistas y cazadores de manatíes, disidentes y aguerridos combatientes de la Seguridad del Estado, balseros y guardafronteras.
por ENRISCO, Nueva Jersey
 

Tan acostumbrados están los compatriotas a las malas noticias (Vg.: el Comandante sigue respirando), que supongo sientan alivio, entusiasmo y hasta frenesí si les anuncio que en este caso la mala noticia viene acompañada de una buena (el Comandante tiene la nariz congestionada).

Enrisco for president
Enrisco en la carrera de la sucesión.

En realidad, la mala noticia es que nuestro pasatiempo nacional se encuentra en peligro de extinción. No se trata —como deben estar pensando los que leen esto— de que la Serie Nacional de Béisbol no se podrá celebrar por falta de quórum porque los peloteros de la Isla han decidido ofrecer sus servicios a los Marlins de la Florida. No se trata de eso. Tal posibilidad queda totalmente descartada, no ya por las dificultades que entraña cruzar el Estrecho de la Florida, sino porque sería imposible incluir en el line up de un equipo de Grandes Ligas a jugadores con nombres como Yulieski, Roberquis o Vichyoandri.

Al día siguiente de que firmaran los contratos, habría una huelga nacional de locutores, negados a tener que repetir esos nombres en cada transmisión. Cuando digo que nuestro pasatiempo nacional está en peligro, no estoy pensando en el béisbol. En realidad, nuestro pasatiempo nacional es ponernos a buscar una solución para los problemas de Cuba.

Hay compatriotas a los que no les interesa la pelota, pero todavía no he encontrado a ninguno que a la primera oportunidad no se ponga a discutir cuál sería la solución para el país, sobre todo cuando están en presencia del principal estímulo de la actividad intelectual de los cubanos: la cerveza.

El motivo por el que nuestro pasatiempo nacional deberá extinguirse es la buena noticia que anunciaba al principio de este artículo. La noticia es que ya alguien ha encontrado la solución definitiva para los problemas cubanos. La solución más sencilla no puede ser. Consiste en encontrar un líder. Cómo lo oyen.

Hace unas semanas alguien (que seguramente será propuesto a premio Nobel de Biotecnología Aplicada) escribía a la sección de cartas de Encuentro en la Red (y aquí cito textualmente) que "Falta en nuestro empeño el líder consumado que logre aunar tanta diversidad de criterio y pensamiento, falta la persona que cuando exprese una opinión sea tomada en cuenta por los diversos sectores de la oposición. No existirá una Cuba estable y próspera sin la presencia de un líder".

Ya sé que muchos estarán pensando: "¡Recórcholis! Mira que venir a decir que nos hace falta un líder, justo ahora, cuando casi todos estábamos de acuerdo en que el problema de Cuba es que le sobra un líder".

Pues bien, compatriotas, creo que no debemos pensar así: sobre todo la parte del "¡Recórcholis!", que suena tan poco natural. Luego de mirar fijamente durante tres cuartos de hora el párrafo que acabo de citar, me he convencido de que su autor tiene razón. Es más, me pregunto: ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Bueno, en realidad se nos ocurrió antes, pero ese no es el problema ahora. El problema ahora sería determinar quién será ese "líder consumado que logre aunar tanta diversidad de criterio y pensamiento".

Candidatos siempre hay. El problema es ponerse de acuerdo en quién puede aunar la diversidad de criterios y de pensamiento que tienen nuestros compatriotas. Y eso para no hablar de aquellos que evitan tener criterio o pensamiento, como si se tratara de enfermedades venéreas (con la diferencia de que las enfermedades venéreas tienen el aliciente de disfrutarse un poco más en el momento de adquirirlas). Porque la verdad es que es casi imposible que nosotros nos pongamos de acuerdo en algo, sobre todo en eso de elegir un líder.

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