Otto Rivero, el más reciente secretario de la UJC, es alguien de quien se afirma que su última idea data de cuando tenía cinco años y fue decidir que en lo adelante diría que sí a todo lo que dijera su Comandante. Su grito de guerra (y el de toda la batalla de las ideas) es: "¡Las ideas no se matan, las neuronas sí!". Y su mayor virtud es hacer que Felipe Pérez Roque, el Canciller de Bagazo, parezca un tipo inteligente.

Neuronicidio nacional

Pero no sólo se refuerzan las posiciones para la batalla de las ideas, sino también para la Batalla de la Preparación Combativa. Ya comenzaron en el país las maniobras militares más importantes desde la época en que todavía existía esa maravilla urbanística conocida como Muro de Berlín.

Según las declaraciones oficiales, el objetivo del ejercicio es demostrar a Estados Unidos la "unidad, capacidad y preparación defensiva de los cubanos". Seguramente se imaginan a los jerarcas del Pentágono comentando preocupados, mientras monitorean las maniobras cubanas:

General Bob: Hmmm, Dick, esto no me está gustando. Todavía a los cañones de estos malditos comunistas les quedan balas.

General Dick: Sí Bob. Y según esta foto del satélite a los aviones todavía les queda combustible. Ahora están usando bagazo radioactivo. Es más eficaz que el petróleo nativo.

General Bob: A ese paso nunca vamos a poder vencerles… Dick. Y yo que pensaba pasar la Nochebuena en La Habana. Estos cubanos tienen una unidad y un espíritu de lucha insuperable. Creo que mejor atacamos Irán.

Eso más o menos parece que esperan los militares cubanos con estas nuevas maniobras. Pienso que un diálogo algo más realista sería el siguiente:

General Bob: Pero… y esa mancha azul que hay en la foto del satélite. ¿Es un depósito de combustible?

General Dick: No Bob. De acuerdo con nuestro decodificador cromogratográfico, las manchas azules se corresponden con grandes concentraciones de alcohol.

General Bob: Entonces, ¿esa es una destilería de Havana Club?

General Dick: No Bob, esa es la reserva de scotch del Estado Mayor de las FAR.

General Bob: Hmmm. Mira, ahora hay una manchita azul que se mueve. Debe ser un camión de bebida que salió del almacén.

General Dick: No Bob, ese es el general Raúl Castro inspeccionando las tropas.

General Bob: Definitivamente Dick, creo que en vez de atacar Irán debemos invadir Cuba. El Chivas Regal sabe mucho mejor que el petróleo…

Aunque distantes en los procedimientos, tanto la batalla de las ideas como las maniobras 2004 tienen como objetivo común destruir el más persistente y escurridizo de los enemigos de la Revolución: las neuronas de sus compatriotas. No se puede decir que el jefe del Ejército no predique con el ejemplo en este neuronicidio nacional, aunque en su caso con la colaboración invaluable del camarada Chivas Regal.

Mientras tanto, en casa del líder opositor Oswaldo Payá siguen apareciendo micrófonos: en el cepillo de dientes, en la latica de medir el arroz y en la tabla de machacar bisteces, a ver si lo pueden procesar por tráfico ilegal de carne. Con tantos micrófonos en la casa, los rockeros de La Habana le han propuesto a Payá establecer allí un estudio de grabación. La Seguridad del Estado se encargaría de comercializar la música: nadie ha seguido la carrera de cualquiera de ellos con más interés.

No sé en qué estará pensando un poeta como Raúl Rivero en medio de amenazas, maniobras militares, micrófonos y discusiones de cuánto cuesta la libra de poeta en el mercado de las negociaciones diplomáticas. No sé cómo se las arreglará para mantener a salvo sus valiosas neuronas en medio de tanta gente que lo quiere hacer estatua o fricasé. Cualquiera entiende hasta que empiece a sentir nostalgia por los tiempos en que tenía como compañía a carceleros y niguas. Poeta al fin siempre tendrá unos cuantos versos que sacarse de adentro, pero antes, claro está, tendrá que devolverle los rezos, uno a uno, a la viejita de Miami.