www.cubaencuentro.com Viernes, 25 de marzo de 2005

 
  Parte 1/3
 
Yo soy un hombre apolítico (de donde crecen raquíticos)
Antes, si eras apolítico, tenías problemas hasta para comprar el pan. Hoy, lo de hacerse el sueco, está de moda entre deportistas, artistas, gallinas o 'majases'.
por ENRISCO, Nueva Jersey
 

Finalmente, los cubanos hemos encontrado la solución a nuestros problemas políticos: no pensar en ellos. Las gallinas, si fueran más inteligentes, nos imitarían y resolverían sus problemas con los "majases" mediante el sabio procedimiento de ignorarlos. Hoy por hoy (fuera de los que viven de la política), es difícil encontrarse a un compatriota que no se declare apolítico, aunque curiosamente no haya encontrado todavía una gallina que se declare amajásica.

Fotograma
Fotograma del corto satírico 'Monte Rouge', sobre la Seguridad del Estado.

Ahí les van un puñado de ejemplos, todos reales:

1) En estos días un amigo me escribió: "llegué hace unos pocos meses como emigrante, pero debo seguir vinculado por motivos familiares con la Isla, así que como te imaginarás no me interesa la política".

2) Hace tiempo, otro amigo le preguntó a un pintor cubano que estaba de visita por acá sobre lo que pensaban en Cuba de El Duque Hernández, el pitcher, y el otro le contestó que no quería hablar de política.

3) Cualquiera hace un documental sobre cualquier cosa en Cuba (vida cotidiana, turismo, emigración, fabricación de bombas caseras o campeonatos de dominó) y, con las primeras imágenes, se apresura a anunciar que no se trata de nada político.

4) Un grupo de gente roba un barco para escapar de Cuba y cuando los capturan dicen que lo han hecho por motivos económicos: no tenían dinero para comprar el barco.

Poco falta para que la Seguridad del Estado declare ser una ONG (Organización No Gubernamental u Obtenga Nuestros Gaznatones). Los únicos que insisten en la política son los disidentes, pero tampoco les hacen mucho caso. En todo caso, les hacen un juicio. Entonces los acusan de tener un teléfono, un aire acondicionado, una silla plástica y todavía quieren que no los consideren presos comunes.

Preso común: Ecobio, ¿y cuánto fue que te echaron?

Preso político: Veinte años.

Preso común: ¿Y qué tenía dentro ese teléfono? ¿Cocaína o carne de res?

De todas maneras, es una buena señal eso de que todo el mundo se declare apolítico. Hubo una época en que decías que eras apolítico y tenías problemas hasta para comprar el pan. La universidad era de los revolucionarios, la calle era de los revolucionarios, las casas eran de los revolucionarios… A los apolíticos, si acaso, los dejaban estar en una barbacoa.

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