www.cubaencuentro.com Lunes, 30 de junio de 2003

 
  Parte 1/3
 
Las ilusiones perdidas
Sin una fecha fija para la consulta popular, el acuerdo firmado por el gobierno y la oposición de Venezuela no garantiza que la salida a la crisis del país sea por la vía democrática.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

En Venezuela pocos tienen ilusiones de que el reciente acuerdo firmado por el gobierno y la oposición conduzca a un referéndum sobre el mandato de Hugo Chávez, como reclama la mayoría de la población. Desalojar del palacio de Miraflores al inquilino bolivariano no será cosa fácil. Hasta ahora ha demostrado que no le molesta gobernar sobre los muertos, ni sobre las ruinas de un país.

Firma de acuerdo
Vicepresidente Rangel; secretario general de la OEA, Gaviria; líder opositor Timoteo Zambrano.

El acuerdo suscrito el 29 de mayo pasado fue un parto doloroso. Desde hace año y medio Venezuela está sumida en la violencia política, responsable de la muerte de alrededor de 70 personas asesinadas en manifestaciones y disturbios. La economía está devastada debido a las erróneas políticas del gobierno y a la corrupción sin límites de sus funcionarios; a lo que se sumó un prolongado paro opositor que duró 63 días. Para contener el estallido social, la Organización de Estados Americanos (OEA) sentó en una mesa de negociaciones al gobierno y la oposición, que luego de siete meses llegó a un cuestionado acuerdo, porque no ofrece garantía de que la salida a la crisis será por la vía democrática, a través de una consulta popular.

Para el secretario general de la OEA, César Gaviria, esta negociación es la más difícil que le haya tocado durante su mandato. Dice sentirse satisfecho con el acuerdo, porque cree que servirá para "desmontar las pasiones" que han puesto a Venezuela al borde del caos. Aunque admite que el pacto no significa la solución de los problemas del país, espera que los venezolanos resuelvan en las urnas sus diferencias.

Gaviria ha sido criticado por diversos sectores venezolanos que aducen que el pacto entre el gobierno y la oposición no alivia el convulso panorama. "Los acuerdos son así, es como cuando se firma un acuerdo de paz, nadie garantiza que habrá paz. Es un compromiso que tiene valor simbólico y político, cuyo cumplimiento depende de la buena fe de las dos partes", se defiende el negociador de la OEA.

Para conseguir que el referéndum revocatorio se realice antes de que finalice este año, los venezolanos tendrán que renunciar a las soluciones mágicas a las que son tan dados.

Por mucha buena voluntad que tenga, nadie del exterior va a resolver los problemas internos del país. De producirse la consulta popular sería la primera vez en la historia venezolana que el pueblo le revoque el mandato a un gobernante, por la vía electoral. Golpes de estado se han dado de sobra. La oposición deberá hilar muy fino para que no se produzca un madrugonazo por parte de los seguidores de Chávez, partidarios del autogolpe, con tal de permanecer en el poder indefinidamente.

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