Mientras el presidente brasileño Luis Ignacio Lula da Silva realizaba visitas oficiales a Portugal, España e Inglaterra, durante las cuales asistía a la denominada "Cumbre de la Tercera Vía" convocada en Londres por el Primer Ministro Tony Blair, en Brasil se desarrollaba un debate originado por las declaraciones del embajador brasileño en Cuba Tilden Santiago.
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Príncipe español Felipe de Borbón, Castro, Lula y el presidente de Colombia, Álvaro Uribe. |
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En días pasados, el embajador, al hacer el anuncio oficial de la visita del presidente Lula da Silva a La Habana el venidero mes de Septiembre, fue interrogado por los periodistas locales respecto a su posición ante a la ola represiva desatada por el gobierno cubano . Tilden aseveraba que "... los cubanos partieron de un riesgo muy grande que había, de que los Estados Unidos promovieran una sangría migratoria incontrolable que viniese a desestabilizar al estado cubano; sin decir que el representante norteamericano en Cuba estaba haciendo, hacía meses, reuniones periódicas alimentando la desestabilización y la oposición al régimen de Fidel" (...) "si vinieran a desestabilizar a Lula, nosotros también tendríamos que tomar medidas aquí..."
La reacción del Parlamento brasileño, que durante la ola represiva en Cuba había condenado oficialmente los fusilamientos y el encarcelamiento de opositores pacíficos, no se hizo esperar. El líder del opositor Partido Socialdemócrata Brasileño —senador Arthur Virgilio— (PSDB, del anterior presidente Fernando Henrique Cardoso), dijo tajantemente que el embajador de Brasil en Cuba estaba "actuando como si fuera el jefe del club de admiradores de Fidel Castro".
Ya el vicepresidente del Senado de la República, Pablo Paim, miembro del Partido de los Trabajadores (PT, en el gobierno), conciliatoriamente declaró que "...fue una frase infeliz que no debería haberse dicho".
Por su parte, el senador del PT y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Eduardo Suplicy, reiteraba que ya había sido aprobada una moción del Senado contra la pena de muerte en Cuba y que pedía tolerancia con los disidentes: "creo que el presidente tendrá la oportunidad de visitar a Fidel y decirle a él, con mucha sinceridad y fraternidad, el sentimiento del pueblo brasileño..."
Pero la reacción más incisiva la tuvo el senador Jefferson Pérez, líder del Partido Democrático Trabajista en el Senado (PDT, presidido por el destacado líder izquierdista Leonel Brizola). Dicho senador, que ya durante el clímax de la ola represiva había hecho encendidos discursos condenatorios hacia el régimen cubano desde la tribuna del Senado, declaraba ahora que "...fue un error el yo haber votado en él (se refiere a Tilden Santiago al ser confirmado como embajador de Brasil en Cuba por el Senado). Estimo que ese sujeto debería ser removido ". |