www.cubaencuentro.com Viernes, 30 de abril de 2004

 
  Parte 1/2
 
La 'tournée' de Aristide
Unos países se disputan el asilo del ex presidente haitiano, otros aprovechan la coyuntura para sembrar la discordia y la ONU habla de futuro.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa
 

Las maniobras del presidente de Venezuela Hugo Chávez para convertir el caso del ex mandatario haitiano Jean-Bertrand Aristide en un nuevo pretexto para el enfrentamiento con el gobierno norteamericano parecen destinadas al fracaso, tras la reunión que acaban de celebrar en la isla de Saint Kitts los jefes de gobierno de la comunidad de países del Caribe (CARICOM).

Aristide
Presidentes Mbeki (centro) y Aristide (dcha.), en Puerto Príncipe.

El primer ministro de Jamaica, Percival J. Patterson, quien recibió a Aristide en Kingston —creando un clima de tensión con el nuevo gobierno haitiano y también con Washington—, fue remplazado como presidente de CARICOM por el premier de Antigua, Baldwin Spencer.

En la reunión celebrada por el CARICOM, el pasado fin de semana, el tema de Haití ocupó el centro de los debates y se dejó abierta la posibilidad de un reconocimiento a las nuevas autoridades de Puerto Príncipe en la próxima cumbre de esa organización regional, que se realizará en Granada en julio próximo.

Los líderes caribeños se comprometieron a mantener su colaboración con la comunidad internacional en el tema de Haití, y ya algunos gobiernos del CARICOM anunciaron el envío de algunos centenares de soldados o policías para reforzar la fuerza multinacional que está empeñada en restablecer la estabilidad en el país más pobre del continente americano.

Los intentos de Chávez, apoyados discretamente desde La Habana, para tratar de que el CARICOM adoptara una postura beligerante frente a Estados Unidos no han obtenido los éxitos esperados.

En el caso de Haití, fue Chávez quien llevó la iniciativa negándose a reconocer el nuevo gobierno y retirando a su embajador de Puerto Príncipe. El régimen de La Habana trabajó con mayor cautela, ya que en Haití se encuentran cerca de 600 "cooperantes" cubanos. Sin embargo, la prensa oficial cubana mantuvo la línea informativa de apoyo al ex presidente Aristide, supuestamente "víctima" de una conspiración fraguada en Washington y París.

Un botón de muestra de la actitud del gobierno venezolano en este caso está en el pasado 16 de marzo, cuando Hugo Chávez afirmó que "las puertas de Venezuela están abiertas" para Aristide y aseguró que cuando el renunciante jefe de Estado lo desee "podrá venir al país".

En esa ocasión, durante un acto con los ministros de Sanidad de los países andinos y el Caribe, Chávez dijo que Caracas no reconoce al nuevo gobierno de Haití, presidido por Gérard Latortue. "El presidente legítimo es Jean-Bertrand Aristide, que fue secuestrado por militares de Estados Unidos", subrayó. Así, aprovechó la ocasión para arremeter nuevamente contra Estados Unidos, y conminó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a que se pronuncie respecto al supuesto secuestro de Aristide.

Resulta sintomático que, en los últimos tiempos, Chávez no desperdicia una oportunidad para provocar a los vecinos del norte. Tal parece que necesita de un gran enemigo, la mayor superpotencia del mundo, para lanzar enloquecidos llamados a sus seguidores para cerrar filas en defensa de la "revolución bolivariana". Cualquier parecido con el caso cubano no es mera coincidencia.

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