El culto al líder máximo es de tal envergadura que el nuevo calendario norcoreano establece que el año de nacimiento de Kim Il Sung (1912), es el año 0; así que sólo nos encontramos en el año 92 de la nueva era, según el régimen de Pyongyang.

Cuando escribo de estos asuntos, siempre recuerdo la anécdota que me contó el poeta y periodista Raúl Rivero, quien ahora cumple 20 años de cárcel en Canaleta, Camagüey.

A mediados de los años ochenta, Rivero era secretario de Relaciones Internacionales de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y en esa categoría fue invitado a visitar Corea del Norte. Insistieron hasta el cansancio y no pudo evitar aquel viaje.

Después de los primeros recorridos por museos, lugares históricos (siempre relacionados con la vida del "líder máximo", que tiene en Pyongyang una estatua de bronce de 35 metros de altura), su guía e intérprete le solicitó que escribiese un poema dedicado a Kim Il Sung.

Rivero trató de esquivarse, en términos diplomáticos, pero continuó la presión hasta que quedó abandonado y encerrado en el hotel donde se encontraba. Lo salvaron las gestiones del embajador de la época, o quizá alguna llamada telefónica realizada desde La Habana.

Los métodos de control han cambiado poco, pues recientemente un periodista del diario español El Mundo, que visitó Corea del Norte haciéndose pasar por un empresario, escribió: "La puerta trasera del hotel está cerrada con candados y en la entrada delantera siempre hay alguien vigilando que ningún extranjero abandone las instalaciones sin sus guías-espía. Corea del Norte es una inmensa cárcel vigilada por 1,2 millones de soldados, 200.000 policías y decenas de miles de confidentes.

"Sus 23 millones de habitantes viven completamente aislados, Internet no existe y tener un fax está penado con la cárcel. Los gulags del régimen están repletos de quienes han sido descubiertos tratando de abandonar el paraíso marxista de los Kim. Las organizaciones humanitarias aseguran que más de 400.000 personas han muerto por hambre, torturas y ejecuciones desde 1972 en campos de concentración donde uno de los castigos consiste en colgar al prisionero de los testículos".

Resulta un triste consuelo saber que en otros lugares se vive peor que en Cuba. Corea del Norte es todavía uno de esos sitios. Lo que resulta grave, en el caso del país asiático, es que posee cohetes de mediano alcance, como los vendidos a regímenes como el de Irak, utilizados en la primera Guerra del Golfo para alcanzar ciudades israelíes.

El enigmático Kim Jong-il, con sus complejos de inferioridad (cuentan que debido a su baja estatura usa esos peinados estrafalarios) y su proclamada admiración por las películas de James Bond, es un peligro público que hoy parece sólo amenazar a Corea del Sur y Japón. Pero rusos y chinos no olvidan que también algunas de sus ciudades pueden ser alcanzadas por los misiles norcoreanos.

Sería sabio por parte de los nuevos dirigentes chinos intentar que prime el sentido común, porque, con armas nucleares, Corea del Norte es una amenaza para todos los vecinos.