www.cubaencuentro.com Domingo, 02 de enero de 2005

 
  Parte 2/2
 
Angola, símbolo de corrupción
Petróleo, diamantes y miseria: La contradicción que devora a la sociedad angoleña.
por MIGUEL RIVERO, Lisboa
 

En disquetes encontrados durante una búsqueda policíaca, cuando Falcone fue detenido, estaban registrados pago de comisiones a políticos angoleños muy cercanos a José Eduardo dos Santos. Fue el caso de Elísio de Figueiredo, en aquel momento embajador de Angola en París, y quien era conocido por la empresa petrolífera francesa Elf como "El señor 20 por ciento". El otro era el ministro de la Presidencia, José Leitao, "El señor 30 por ciento".

Ninguna responsabilidad

En 1996, la deuda de Angola con Rusia ascendía a 5.500 millones de dólares, pero en noviembre de ese año fue acordada una reducción del 70 por ciento y se situó en 1.500 millones.

La empresa Abalone, "casualmente" controlada por Falcone, compró la deuda y comenzó a recibir pagos tramitados por la petrolífera Sonangol en un banco de Ginebra hasta la suma de 774 millones de dólares. Pero… al Ministerio de Finanzas ruso sólo llegaron 162 millones.

La diferencia, según la Global Wittness, fue transferida para cuentas de Falcone, el ruso Gaidamak y, claro, no podía faltar la tajada para el ministro de la Presidencia, José Leitao, y "una serie de empresas offshore de origen desconocido".

En septiembre de 2003, el gobierno de Angola nombró a Falcone como embajador ante la UNESCO, lo que le daba inmunidad diplomática, debido a los procesos judiciales pendientes.

El avispado empresario galo salió del país, pero las autoridades francesas emitieron un mandato internacional de captura contra Falcone, aunque éste sigue viajando con su pasaporte diplomático y confesando a todos los que quieren escucharle que siente "una gran admiración por el presidente José Eduardo dos Santos, desde que me encontré con él la primera vez, en 1992".

Más recientemente, el 12 de enero de este año, un informe de la organización Human Rights Watch denunció la desaparición de 4.200 millones de dólares de los ingresos del petróleo de Angola, entre los años 1997 y 2002.

"Mientras tanto, y aunque la guerra civil finalizó en 2002, tras 27 años de contienda, unos 900.000 angoleños permanecen desplazados dentro del país, mientras que millones de personas carecen de los accesos a los servicios básicos sanitarios o escolares", agrega la organización.

El informe de 93 páginas se titula Poca transparencia, ninguna responsabilidad. El uso de los ingresos del petróleo en Angola y su impacto en los derechos humanos.

Todavía hoy, más de un millón de personas depende para sobrevivir del Programa Alimentario Mundial (PAM) de las Naciones Unidas, mientras el dinero que producen los recursos naturales de Angola nutre las cuentas bancarias del presidente Dos Santos, sus hijos y colaboradores más cercanos. Sobran los comentarios.

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