Hasta parece algo positivo. Primero, los recientes conciliábulos entre los presidentes de Brasil, Argentina y Venezuela. Luego, la Cumbre de Presidentes de la Comunidad Suramericana de Naciones-Liga Árabe, el pasado martes, con la participación de apenas 17 de los 34 mandatarios que integran los dos bloques y notables ausencias de líderes árabes. El histórico y primer encuentro entre las dos regiones, busca un aproximación política y comercial de los dos bloques. Y el conciliábulo previo entre los sudamericanos, va por el lado de limar asperezas entre Brasil y Argentina, y avanzar hacia ese proyecto de unidad y coordinación latinoamericana que Chávez se empeña en teñir con visos "bolivarianos".

Presidentes Kirchner y Chávez, durante la Cumbre Sudamérica-Liga Árabe, en Brasilia.

El presidente venezolano anunció que Argentina, Brasil y Venezuela acordaron dar forma a una empresa petrolera común, denominada Petrosur, en el marco de los esfuerzos de integración sudamericana. Tras un encuentro de tres horas en Brasilia entre Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez, este último dijo que los tres países pueden ser el motor para impulsar el desarrollo de la Unión Sudamericana, como propuso llamar a la Comunidad Sudamericana de Naciones creada en diciembre.

Desde esta perspectiva de frente económico común, la cosa no debería generarnos suspicacias. El fortalecimiento de la relación trilateral tuvo como eje la cooperación energética con la coordinación de las empresas PDVSA, Petrobras y Enarsa, como un primer paso para la exploración y explotación de yacimientos de gas y petróleo en territorio argentino.

La iniciativa será el primer paso concreto de cooperación en el área energética, dentro del proyecto que Chávez aspira a conformar en Petrosur, una instancia de coordinación de políticas de las tres empresas. Durante la cena, Chávez reafirmó su voluntad de que Venezuela se incorpore como miembro pleno al Mercosur, interés que tuvo una buena recepción por parte de Lula y Kirchner, quienes recordaron los pasos para alcanzar ese estatus, entre ellos la cuestión arancelaria.

Politiquería bolivariana

Desde hace tiempo podemos aceptar que la mejor opción latinoamericana es sobre todo a partir de la unidad y la coordinación de la región. Y es evidente que estamos en un buen momento para ello, teniendo en cuenta el llamado mapa geopolítico actual, donde se organizan nuevos espacios de fuerza y negociación. Pero me niego a entrar en este derroche de optimismo, y prefiero pensar que por debajo se están moviendo intereses dudosos y se corren muchos peligros.

Para empezar, dicha coordinación regional no puede basarse en intenciones y "buena voluntad", sino en la creación de estructuras institucionales autónomas, al margen del liderazgo de tal o cual gobernante. Otra cosa sólo sirve para hacer politiquería bolivariana, y perpetuar mecanismos antidemocráticos en nombre de "bienes morales superiores".