Otro dato significativo ha sido la reducción operada en el número de mujeres presentes en los distintos parlamentos. Entre enero de 1988 y junio de 1991, el porcentaje de mujeres que tomaban asiento en el parlamento checoslovaco pasó de un 29,5% a un 8,7%, en el húngaro de un 20,9% a un 7%, y en el polaco de un 20,2% a un 13,5%. Para explicar este general descenso de la presencia femenina pueden invocarse factores como las crecientes dificultades económicas y sociales que debían encarar muchas mujeres y, cómo no, la pervivencia de un sinfín de barreras patriarcales.
Rusia y el poder mundial
Uno de los graves problemas de las fuerzas armadas en Europa central ha sido el vinculado con la reducción de los gastos de defensa: las inversiones en lo que a equipamiento y modernización tecnológica respecta. Si el gasto militar medio en los Estados de Europa central era, en la década de 1980, de entre un 7% y un 8% del Producto Nacional Bruto, en el decenio siguiente esos porcentajes experimentaron un visible retroceso y se han situado en un valor medio del 2,4% en 1993.
Una historia de las transiciones |
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Esto aparte, debe recordarse que los otrora aliados de la Unión Soviética cuentan con industrias militares mucho más débiles que la soviética. En 1988, la industria militar polaca sólo daba trabajo a 180.000 personas, en un país de casi cuarenta millones de habitantes. En el mismo año la húngara empleaba a 36.000 trabajadores.
La importancia real de la expansión de la OTAN en Hungría, la República Checa y Polonia tiene poco que ver con Rusia y mucho con la división no abierta entre el Occidente cristiano y el Oriente Ortodoxo, porque no es sólo Rusia quien ha sido cortada de la nueva Europa, sino también los Balcanes. Rusia es débil porque es un viejo imperio, y no se vislumbra que se transforme en una real democracia, ya que esta se enfila hacia las dimensiones del siglo XVI moscovita, el de una dinámica ciudad-Estado dentro de un territorio caótico.
La estrategia de Rusia es recrear la esfera de influencia de la ex Unión Soviética y buscar una alianza con Francia, en Europa, e Irán, en el Medio Oriente. Los países europeos fronterizos con Rusia continuarán "americanizándose" hasta que Rusia explote o se expanda, o mientras Ucrania no colapse.
Hoy sólo existe un superpoder militar, financiero y tecnológico: Estados Unidos; y cuatro poderes significativos: Europa Occidental, Rusia, China y Japón. Una coalición de tres de ellos, que incluya a Estados Unidos, sin dudas va a dominar matemáticamente los asuntos mundiales. Por eso, el futuro pertenece a Estados Unidos y no a la Europa occidental.
A medida que se intensifica el resentimiento cultural europeo contra Estados Unidos, éste encuentra en Europa central y oriental una mayor aceptación. |