www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
  Parte 1/3
 
Sadam Hussein o la sicopatología de un déspota
por JUAN F. BENEMELIS, Miami
 

Al estar localizada en la conjunción de los ríos Tigris y Eúfrates, la comarca del actual Irak ha sido presa fácil para cualquier ejército conquistador. En ese sentido, la invasión de Hussein al Kuwait en 1991 resultó el capítulo más
J. Haider
El ultraderechista Joerg Haider presume de su relación con Sadam Hussein.
reciente de una añosa rivalidad entre Egipto y Mesopotamia por la preeminencia regional, que se hunde en la noche de la historia humana.

La población iraquí, de 22 millones de habitantes, está dividida en tres grupos fundamentales: los kurdos en el nordeste (20%), los musulmanes de la corriente sunní en el centro (un 15%) y los musulmanes de la corriente chií en el sur (60%). El resto (5%) lo constituyen los turcomanos, los cristianos caldeos, asirios y armenios, los sincréticos yazidíes, los mandeístas y los judíos. Los chiítas, aunque residen fundamentalmente en el sur, son mayoría en Bagdad. Los sunnitas, pese a ser minoría con respecto a las otras dos etnias fundamentales, controlan todos los aspectos del gobierno, del ejército, la economía, la política y la sociedad, ejerciendo un mando discriminador y excluyente.

La inexistente nación de Kurdistán en los mapas geográficos o políticos, es una realidad mucho más estable que los Estados de la región reconocidos oficialmente por la comunidad mundial. Los veinte millones de kurdos ignorados por los negociadores de la posguerra que conformaron los Estados del Oriente Medio, pueblan las cadenas montañosas de los Zagros y de los Taurus. El Kurdistán está parcelada y sus partes han caído en diversos países limítrofes, como la Turquía oriental, el Irán, la ex Unión Soviética, Siria e Irak. A diferencia de otros países del África, de los Balcanes, del Oriente Medio y del Asia Central, Kurdistán tiene más de dos milenos de coherencia geográfica, económica, cultural, religiosa y demográfica. Los kurdos no aceptan la división de su nación en las fronteras.

La mayoría de la población iraquí es contraria al actual Gobierno de Sadam Hussein. El descontento contra éste no termina con los chiítas del sur: se ha extendido a la etnia de los kurdos, en el norte, los cuales han sido varias veces reprimidos. Tal es la causa de que su poder personal halla sido retado, con más de 15 intentos de asesinato, y que, lejos de lo que los medios visuales de comunicación presentan, el mandatario iraquí sea odiado por el grueso de su población. Hussein ha vivido constantemente en sus puestos de mandos subterráneos esparcidos por todo el Irak, por eso cuando concede entrevistas a periodistas lo hace por medio de un televisor, para que las agencias de inteligencia no puedan localizarlo. Por eso, en sus conferencias públicas televisadas durante la crisis del Golfo utilizó a los rehenes como seguridad personal, impidiendo así cualquier atentado a su persona.

Constituido en partido político para todo el mundo árabe, en 1947, dividido en comandos regionales, el Baas sólo pudo triunfar, sin embargo, en Siria y el Irak, gracias a dos golpes de Estado que decidieron cubrirse con el manto ideológico de tal organización. Era la época en que el estudiante Sadam Hussein, un admirador de Vladimir Lenin, se unió al clandestinaje del partido socialista pan-árabe Baas en Bagdad. Organizó entonces la milicia del partido, encabezada por el general Hassan al-Baker, integró el grupo que ametralló al entonces presidente general Abdulá Qarem Qasem, en 1963, y escapó milagrosamente con una herida, de la cual extrajo a sangre fría el proyectil, y luego se refugió en Siria y finalmente en Egipto.

Pese a que la lógica apuntaba a una alianza entre Assad y Hussein, al ser miembros del mismo partido político, sin embargo se produjo una ruptura. Entre los elementos principales de la misma se halla la expulsión del poder en Siria, en 1966, del grupo leal a Michel Aflaq, el cual tuvo que refugiarse en Bagdad, y asimismo, la poderosa personalidad de Zaki Arsuzi, el ideólogo de los sirios, que murió en 1968, y que era miembro de la secta minoritaria musulmana de los alawitas, de donde saldría Hafez Assad.

1. Inicio
2. Envuelto en...
3. Allí convergen...
   
 
RegresarEnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
La hora de la verdad
JORGE A. POMAR, Colonia
Nace un siglo
ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
La urgencia innecesaria
JOAQUíN ORDOQUI GARCíA, Madrid
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Conflicto Irak
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir