Washington desató en el amanecer del jueves la primera ofensiva de su anunciada guerra contra Irak. Bagdad respondió disparando misiles contra Kuwait.
Al anunciar a la nación el inicio de la campaña, Bush dijo que las fuerzas estadounidenses y británicas habían atacado "blancos selectos". "Estas son las etapas iniciales de lo que será una amplia y concertada campaña", afirmó.
Bush dijo que las fuerzas armadas estadounidenses buscarán una victoria rápida al tiempo que intentarán evitar víctimas civiles, pero advirtió que el conflicto podría ser "más largo y difícil" de lo que algunos han pronosticado.
El ataque contra Bagdad fue limitado, no se trató del impresionante despliegue de fuerza que habían previsto los analistas militares. Varios funcionarios estadounidenses dijeron que en el ataque se utilizaron cazabombarderos F-117A, invisibles a los radares, informó Reuters. Un almirante a bordo del portaaviones estadounidense Abraham Lincoln, en el Golfo Pérsico, dijo que cuatro barcos y dos submarinos norteamericanos habían disparado misiles Tomahawk.
Un comandante militar estadounidense en Kuwait informó que este tipo de ataques continuará durante dos o tres días, antes de un asalto a gran escala en el que se podrían utilizar unos 3.000 misiles cruceros y bombas guiadas por satélite.
Un ataque para descabezar al régimen iraquí
Un portavoz militar británico explicó que varios misiles crucero de esta primera ofensiva estuvieron dirigidos a una reunión de cinco oficiales iraquíes en Bagdad.
The Washington Post informó que el ataque fue ordenado después de que la CIA ubicó el lugar donde Sadam se encontraba reunido con sus asesores en una residencia privada.
Funcionarios estadounidenses afirmaron que el objetivo de los ataques fue "decapitar" al gobierno iraquí.
Sadam Hussein apareció, sin embargo, tres horas después del inicio de los ataques en la televisión estatal, e instó a los iraquíes a defender el país. Varios medios de prensa creen que pudo tratarse de una declaración grabada y no de una transmisión en vivo. |