El ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt concluyó el miércoles el segundo de los periodos legislativos que le han proporcionado inmunidad por casi una década y han impedido que sea llevado ante tribunales por denuncias sobre violaciones a los derechos humanos durante su régimen, informó la AP.

Mario Polanco, director del Grupo de Apoyo Mutuo, que aglutina a sobrevivientes del conflicto armado, había anunciado a la prensa a principios de semana que "varias demandas judiciales" serían promovidas ante la justicia guatemalteca inmediatamente después de que Ríos Montt perdiera la inmunidad como diputado.

Por su parte, Frank La Rue, director del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (CALDH), que mantiene una demanda contra Ríos Montt por genocidio, dijo tener la esperanza de que "se abra el juicio en abril".

Ríos Montt gobernó Guatemala entre marzo de 1982 y agosto de 1983. Su período en la presidencia fue uno de los más cruentos de la historia del país. Según organismos humanitarios, unas 150 comunidades indígenas del norte y occidente fueron masacradas en esa época.

Tras el derrocamiento del también dictador Romeo Lucas García, Ríos Montt tomó la jefatura del Estado y puso en marcha una ofensiva de "tierra arrasada" contra las guerrillas que amenazaban con tomar el poder.

Sin embargo, en su avance contra las fuerzas rebeldes, el ejército asoló poblados enteros.

Esqueletos de niños, ancianos y mujeres han sido hallados por forenses en fosas comunes que datan del período de Ríos Montt, quien, en una entrevista concedida a la AP en junio, argumentó que "era una guerra sucia, era una guerra de guerrillas" y que nadie ha probado su responsabilidad en los hechos.

"Cumplimos con el deber de defender la ley, ese es el problema (…), la gente quiere que yo me sienta adolorido, arrepentido, conmovido y todo eso; y yo me siento mal porque realmente lo que pasó en Guatemala, esas páginas negras de su historia, van a ser difíciles de enmendarlas, blanquearlas o aclararlas", dijo entonces.

Su elección le invistió de inmunidad legislativa, que hasta ahora le permitió mantenerse al margen de varias demandas en las que se le acusa de genocidio.