Representantes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) alcanzaron el domingo un acuerdo para crear una zona de libre comercio en Sudamérica a partir del 1 de julio.

"El viejo anhelo de tener en Sudamérica una zona de libre comercio va en camino de realización con el acuerdo que comenzará a regir a partir del 1 de julio", dijo el lunes el ministro colombiano de Comercio, Jorge Humberto Botero, en declaraciones a la AP.

La CAN está conformada por Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia. Los dos últimos países también son socios del MERCOSUR, que integra a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Además, Chile, Bolivia y Perú son miembros asociados.

El domingo por la madrugada concluyeron las negociaciones entre Colombia, Venezuela y Ecuador y el MERCOSUR.

Botero aseguró que el acuerdo, logrado tras ocho años de diálogos, también allana el camino para la adhesión de Sudamérica al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), prevista para el 2005.

"El hecho de tener ya algunos acuerdos entre todos los países de Sudamérica facilita la gestión del ALCA, que por cierto ha sido muy difícil", sostuvo.

La conformación del ALCA es seguida con cuidado en Brasil y Venezuela, que han manifestado que dicha integración debe contemplar el fin a los subsidios agrícolas de Estados Unidos.

Mientras, Colombia y Perú están buscando acuerdos de libre comercio con Washington. Chile ya lo consiguió.

Sólo la CAN representa un mercado de 120 millones de personas y un Producto Interno Bruto (PIB) de unos 300.000 millones de dólares.

El MERCOSUR más sus asociados tiene un PIB de 890.000 millones de dólares y abarca a 236 millones de personas.

"El acuerdo entre los países andinos y los del MERCOSUR está marcado por el realismo. Su nivel de ambición está modulado por lo que encontramos factible a realizar", afirmó Botero.

Justamente, los primeros bienes que se verán beneficiados por la desgravación de aranceles son "aquellos que no producimos ni unos ni otros, donde no tenemos nada que proteger".

La desgravación de los aranceles se hará en seis, ocho, 12 y 15 años, dependiendo de la sensibilidad de los sectores y productos.

El ministro Botero se mostró esperanzado que la situación política de los países no afecte la integración.

"Naturalmente, la inestabilidad política es un factor que hace daño a los comportamientos de las economías, ya que se generan trastornos y riesgos que complican los flujos comerciales. Lo que corresponde es anhelar que algunas dificultades que existan en la región vayan resolviéndose por medios pacíficos y democráticos", precisó.